Dejar toda la responsabilidad de los abuelos sobre la educación de los nietos, podría desencadenar en un problema de inmadurez, alertó la psicoterapeuta familiar Diana Rodríguez de Ibarra.
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En entrevista para Publimetro, la psicóloga lamentó los recortes en el presupuesto federal destinado a financiar el servicio de estancias infantiles, lugar que, según la especialista, contribuye en el pleno desarrollo de un pequeño.
En cuanto a la declaración del secretario de Hacienda Y Crédito Público (SHCP), Carlos Urzúa Macías, que abre la posibilidad de que se les pague a los abuelos para cuidar a sus nietos, la experta señaló:
“Los abuelos tienen un lugar muy importante en la vida de los nietos, sin embargo no son las personas idóneas de la educación y estimulación que los niños necesitan para su desarrollo, pues no tienen, seguramente, la preparación para llevar un programa que se lleva en una Guardería o Jardín de Niños. La idea es descabellada”.
El abuelo cuida, no educa
Rodríguez de Ibarra declaró que la principal problemática de que un niño reciba educación de su abuelo es que crece sin limitantes, no en todos lo casos, pero en la mayoría, pues el abuelo es consentidor por el vínculo familiar, pero no ejerce ninguna autoridad para que logren todos sus objetivos de desarrollo.
“El abuelo va a recibir una ‘entradita’, pero no se va a convertir en un educador, solo cuida que a su nieto no le pase nada”, aseguró la psicoterapeuta.
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Un mal manejo en la educación de los hijos, advirtió, genera problemas de conducta. “Si va a ser el abuelo el que va a estar encargado de la crianza del niño, la responsabilidad va a caer en él y los padres entonces no podrán reclamar de nada”, dijo.
Finalmente, destacó la especialista, los padres son los responsables de la educación de sus hijos, sin embargo el personal de una estancia podría estar mejor preparado para el pleno desarrollo de los niños. “En el estilo de vida actual, la mayoría de los padres trabajan, no hay tiempo para prestar absoluta atención a un hijo. No hay tiempo porque el trabajo diario no nos da”, argumentó.
10 señales de un niño mimado
Si un niño, desde los dos años, no tiene orden, disciplina ni límites va a crecer siendo un adolescente demandante y exigente, que está centrado únicamente en el placer, abundó Rodríguez de Ibarra.
Para evitarlo, es necesario atender a tiempo el problema y estar alerta de las siguientes señales:
- Frecuentemente hace rabietas tanto en público como en casa
- Toma las cosas sin permiso
- Se resiste a cooperar
- No respeta horarios para dormir, hacer tarea, etc.
- Puede llegar a avergonzar a los padres en público
- Le cuesta trabajo acceder a compartir
- Pone condiciones para hacer las cosas. “Y me compras…”
- Es muy selectivo con la comida. Su menú es reducido
- Aunque lo sabe hacer, pide ayuda para cualquier cosa
- Es dependiente, especialmente de la mamá