El parón económico por el coronavirus en México terminó por agudizar la crisis económica que ya enfrentaba el transporte público a nivel nacional.
De las 120 rutas que existen en la actualidad, cerca de 70% se ha declarado en número rojos y los concesionarios aseguran que de no atender el problema tendrán que aumentar tarifas, recortar operadores y cambiar sus modelos de negocio para abaratar su operación.
Por si fuera poco, los transportistas enfrentan un rezago en sus unidades, ya que siguen sin contar con tecnología para escanear QR, brindar un mejor servicio y emitir menos contaminantes.
Concesionarios del transporte público de pasajeros en la Ciudad de México, afirman que el sector está en quiebra, por ello, la única forma de sostener el servicio, es un urgente incremento a la tarifa, subsidio gubernamental generalizado o una combinación de ambos.
A un año del inicio de la emergencia sanitaria, los transportistas vieron una merma económica en sus ingresos de hasta 80%, pues ahora tienen que turnar a los operadores para el despacho de camiones que circulan en la Zona del Valle de México.
Esto debido al confinamiento que aplicó el gobierno federal a nivel nacional y que, en consecuencia, disminuyó los viajes a los centros de trabajo y desplomó la actividad económica en todos los sectores.
A la par, enfrentan el alza a los combustibles y la baja demanda de los servicios hasta el momento.
Por ejemplo, la Fuerza Amplia de Transportistas (FAT) dio a conocer que existe un rezago de 12.05 pesos con respecto al costo de gasolina para microbuses y vagonetas.
“Si tomáramos como referencia la tarifa de 1.50 pesos que teníamos en 1997 desde que el PRD fue gobierno y ahora que lo es Morena, existe un rezago.
Pero si nos vamos a los autobuses que consumen diesel, el rezago se incrementa a 12.61 pesos”, explicó Nicolás Vázquez Figueroa, vocero de la FAT.
Agregó que el costo del pasaje en microbuses y vagonetas se ha incrementado sólo en cuatro pesos en 24 años, mientras el de la gasolina subió 16.05 pesos de acuerdo con el último estudio técnico que realizaron en 2019.
Y en el caso de los autobuses, la tarifa se incrementó cinco pesos, mientras que el precio del diesel fue de 19.11 pesos.
La tarifa, ajustada a la inflación, entre 1997 y 2019, debería ser de al menos 13.15 pesos, agregó Vázquez Figueroa.
“Lo que nos indica que el año pasado los prestadores del servicio público de pasajeros concesionados subsidiamos cada viaje en la ciudad de México con 7.65 pesos y hoy esa cifra alcanza prácticamente los 8.50.
“En el caso de los autobuses y metrobuses que consumen diesel, la situación es peor, ya que “la tarifa debería tener un costo de 16.77 pesos, por lo que existe un rezago de 10.27 pesos y podría llegar hasta los 12.61”, expresó.
Por eso, los voceros afirmaron que están en quiebra porque están subsidiando 8.50 pesos cada viaje-persona en microbuses y vagonetas y 12.61 pesos los de autobús y Metrobús, por lo que están dejando de tener capacidad económica para el sostenimiento de las unidades.
Recordó que el mantenimiento incluye combustible y refacciones; además se suma el salario de los conductores, así como los costos indirectos como pagos de derechos, seguros; sin dejar de lado los costos de los vehículos para quienes realizan cambios de unidades bajo el esquema de hombre-camión.
Nicolás Rosales Pallares. Presidente de la Asociación Mexicana de Transporte y Movilidad (AMTM).

¿Qué tan grave es la crisis?
—El transporte en México va a continuar rezagado dos o tres años después de la finalización de la pandemia derivada del Covid-19, pero la modernización va a tardar aún más porque muchos transportistas individuales y empresas están en quiebra.
El rezago que prevalece en el transporte en México y de manera sustancial en la capital del país. Porque no son sólo las unidades nuevas y su financiamiento lo que falta, sino también asuntos de operación que tienen que ver con tecnología como el prepago, los sistemas de información al usuario o de comunicación, sobre todo porque el modelo hombre-camión aún prevalece.
En el regreso a la nueva normalidad, ¿cuáles serán los principales retos en el transporte?
—Se tiene que dar un brinco hacia nuevos esquemas tecnológicos, donde algunos podrán dar el salto a la electromovilidad, pero otros se quedarán en energías más limpias, como el gas o el diésel Euro VI.
Estimo que además de los países que han desarrollado su transporte en América Latina, como Brasil, Chile y Colombia, está Estados Unidos, hacia donde poco voltean a ver, pero que ha desarrollado un sistema de participación público-privada donde el gobierno se encarga de regular el sistema y las empresas su operación.
Es la parte importante que debemos dar a conocer y hacer entender a las autoridades mexicanas que ahí está el futuro, porque no podrán tener la capacidad para poder operar los sistemas de transporte, pero si podrán aprender cómo gestionar esos modelos con la participación de la iniciativa privada.
¿Es necesario subir la tarifa?
—Necesitamos la aportación del gobierno con algunos esquemas no necesariamente con financiamiento, pero por qué no pensar en subsidios con reglas claras que se puedan aplicar al sector para rescatarlo, si no quieren invertir dinero. En aspectos de electromovilidad, la Ciudad de México ya está prácticamente lista para iniciar el siguiente año la Línea Cero, un proyecto de Metrobús eléctrico que correrá sobre el Circuito Interior y que abarcará 10 delegaciones de la entidad.
En cifras
- 120
rutas de movilidad existen en el área metropolitana.
- 13
pesos es la tarifa que estiman por viaje para microbuses y vagonetas que circulan en CDMX y zona conurbada.