Javier Aguirre aceptó que durante su estancia en el Espanyol sacrificó un estilo de juego llamativo para poder salvar al equipo, pues tuvo que acoplarse a los futbolistas con los que contaba en la plantilla.
“No me arrepiento, la verdad, pero lo podría haber hecho, sacrificar al equipo para yo brillar más y poder tener un contrato mejor en otro equipo. Pero no, intenté salvar al equipo y sacrifiqué el estilo. Estoy orgulloso de ello”, recordó el ‘Vasco’.
“Todos los técnicos tienen su forma de jugar, pero son los jugadores los que te la marcan, salvo en las selecciones nacionales, donde tú marcas el estilo y escoges los jugadores. En un club, si no te funciona un futbolista, te adaptas al equipo. Yo, en el Espanyol, me pasé de ser demasiado institucional y no velar por mis intereses, por mi lucimiento personal”, agregó.
El estratega mexicano reconoció que decidió no renovar contrato con los ‘Periquitos’ por los últimos resultados de la temporada, pues aseguró que después de una buena temporada, terminar mal afecta su imagen y la del equipo ante los aficionados.
“Siento una amargura de haber acabado así, y me da pena por los jugadores. Hicimos una temporada muy buena, estuvimos todo el año entre los 10 primeros y sólo en las dos últimas jornadas hicimos los dos peores puestos, 12 y 14, que fue la posición final.
“¿No es justo? Yo creo que sí, porque la Liga son 38 jornadas, no 36. Te lo ganas de principio a fin. ¿Qué pasó al final? Quizá para algunos la última imagen es la que cuenta. Por ese final, le dije al director deportivo del club que no me hicieran ni siquiera la oferta de renovación, por el bien de todos”, dijo en entrevista para el diario ‘Marca’.
Sobre su llegada al conjunto de Barcelona expresó que no arribó al equipo en el mejor momento y fue él al que le tocó enderezar un barco que estaba a la deriva deportiva y económicamente.
“Me tocó enderezar un barco a la deriva, que no hubiera más agujeros, que no calara más agua y poder llegar así a puerto. Una vez allí, en tierra, si el club ya quiere ir a un barco mejor o ir a un crucero, vale, pero lo que yo digo es que eso cuesta dinero”, dijo.
“Llegué en un mal momento al club. En mis 18 meses de trabajo, se pagaron a Hacienda 22 millones de euros, y solo se invirtieron 750 mil euros en el equipo”, añadió.
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