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¿A Ted Cruz le da pena ser hispano?

Después de su holgada victoria en las asambleas partidarias de Iowa, Ted Cruz ha dado un paso más en su intención de llegar a ser el primer presidente hispano en la historia de Estados Unidos. Pero no es así como quiere ser conocido.

Cruz, cuyo padre nació en Cuba, admite que su dominio del español es «pésimo». Durante su campaña sólo ofrece el ocasional «muchísimas gracias».

Sus posiciones sobre la inmigración, incluido el poner fin al derecho a la ciudadanía por nacimiento en Estados Unidos y erigir un muro fronterizo, lo distancian de muchos votantes y grupos hispanos. Lo acusan de ignorar su herencia y las cuestiones que interesan a muchos latinos.

El senador Marco Rubio de la Florida comparte algunas de las mismas posiciones conservadoras sobre inmigración, algunas de ellas antagónicas con la comunidad hispana, un sector demográfico en aumento y cada vez más poderoso en las elecciones estadounidenses.

Para los dos jóvenes senadores, su herencia no ha definido su base de apoyo ni su filosofía política. Pero Cruz en particular se ha arriesgado a alejar de sí a muchos hispanos rodeándose de conservadores como el representante Steve King, de Iowa, copresidente de su campaña nacional, quien ha comparado a los inmigrantes que viven en el país sin autorización a traficantes de drogas y ganado.

Al apelar a los conservadores en Iowa y New Hampshire, ni Cruz ni Rubio tuvieron necesidad de apelar directamente a los votantes hispanos. Pero eso podría cambiar el 23 de febrero en Nevada, donde los hispanos representan el 28% de la población, aunque sólo representaron un 5% de los votantes republicanos en las asambleas partidistas en 2012.

El director de estrategia de Cruz, Jason Johnson, dice que el senador de Texas puede ganar la elección general con sólo el 30% del voto hispano, no mucho más del 27% que recibió Mitt Romney en su intento infructuoso por llegar a la Casa Blanca en 2012. En vez de atraer a más hispanos, Cruz cuenta con hacer llegar su mensaje a millones de cristianos evangélicos blancos y votantes de la clase trabajadora que se abstuvieron en las dos últimas elecciones.

«En el Partido Demócrata tú eres el hispano, el afroestadounidense, lo que seas en tu propio pequeño grupo, estás catalogado y sólo representas una cuota», dijo Cruz a The Associated Press en una entrevista en noviembre. «Uno de los motivos por los que soy republicano es porque tratamos a la gente como individuos… Cuando me postulé a senador en Texas no hice campaña diciendo ‘Vote por el candidato hispano»’.

Cruz agregó que se postuló al Senado como el candidato conservador más firme «y es exactamente así como me postulo a presidente».

De adolescente en Cuba, su padre Rafael Cruz se incorporó al levantamiento contra el dictador Fulgencio Batista y fue arrestado y golpeado. En 1957, dos años antes de que Fidel Castro tomara el poder, Rafael Cruz huyó de Cuba rumbo a Estados Unidos, una historia que su hijo suele narrar en la campaña.

Dijo a la AP que nada representa mejor el por qué se postuló a la presidencia que la trayectoria de su padre y el cumplimiento del sueño estadounidense.

«Ser hijo de un inmigrante que huyó de la opresión te hace apreciar lo preciosa y frágil que es nuestra libertad, y es una parte integral de lo que soy», dijo Cruz. «Pero creo que muchos hispanos en este país están cansados de ser estereotipados o que el Partido Demócrata los dé por sentados».

Cruz nació con el nombre de Rafael Edward Cruz en 1970. En su casa no hablaba español y sus padres sólo se comunicaban en inglés cuando él estaba presente.

Cruz se cambió el nombre a Ted cuando tenía 13 años, una medida que hizo enfurecer a su padre. Durante unos dos años éste, que ahora hace campaña en su favor, se negó a llamarlo Ted.

Alfonso Aguilar, presidente de Latino Partnership for Conservative Principles, afirmó que Cruz «básicamente no comprende a la comunidad latina». El grupo con sede en Washington de líderes nacionales conservadores y republicanos ha criticado a Cruz y a Donald Trump por la oposición de estos a legalizar la situación de los inmigrantes que residen en el país sin autorización.

Cruz y Rubio «han dado la espalda a nuestra comunidad» y apelan a la franja antiinmigrante del Partido Republicano, comentó Dolores Huerta, activista por los derechos civiles.

«Realmente no comparten los valores de la comunidad latina pese a que pertenecen a ella. Debemos votar por nuestros valores y por la gente que nos apoya… No podemos votar por alguien sólo porque tenga ascendencia latina», afirmó.

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