Tres niños de cuatro, ocho y diez años de edad murieron, luego de un enfrentamiento a balazos en elementos de las fuerzas estatales de seguridad de Guanajuato y un supuesto grupo delictivo, en el municipio de San Miguel de Allende.
De acuerdo con la Procuraduría de Justicia y la Secretaría de Seguridad Pública del Estado, el pasado fin de semana, vecinos de la comunidad de Ampliación Cieneguita reportaron una balacera en la carretera Dolores Hidalgo-San Miguel de Allende, por lo que acudieron al lugar de los hechos.
Al arribar al lugar los uniformados fueron recibidos con disparos, por lo que comenzaron a disparar también, hecho que provocó que los integrantes del grupo delictivo huyeran por el patio trasero del inmueble. Entonces los policías pudieron asegurar la casa.
Al ingresar al inmueble, los policías encontraron a dos personas, una de ellas con un arma, además de los cadáveres de tres menores, por lo que se procedió a su detención, informó Animal Político.
La policía informó que se trataba de Antonio, el velador del inmueble, y de su esposa Juana, padres de los menores.
De acuerdo con la versión de la procuraduría , Juana dijo que su esposo había matado a los menores y trataba de asesinarla a ella también, además las balas sustraídas del cuerpo de los niños dieron positivo con los elementos balísticos sustraídos de la pistola de Antonio quien fue puesto a disposición del Juez de Control, por el multihomicidio de sus hijos y de otros delitos ya que en la casa encontraron armas cortas, armas largas de grueso calibre y droga.
Mujer desmiente versión de la PGJE
Sin embargo, luego de ser liberada la mujer desmintió la versión dada por la procuraduría, dijo que nunca declaró contra su esposo y que él no mató a sus hijos, según el diario AM.
Juana Luna denunció que hubo irregularidades en su detención pues no le proporcionaron un abogado; no tuvo derecho a una llamada telefónica, y la dejaron ir luego de que firmó hojas en blanco.
Mencionó que ella, sus tres hijos y su marido pasarían la noche en la finca donde él trabaja como velador y que mientras dormían escucharon disparos, por lo que todos se escondieron en un baño del primer piso, sin emabrgo, fueron descubierto y colocados boca abajo para posteriormente llevarse a su marido a otra parte de la casa y lo obligaron a sostener el arma.
Hasta el día de hoy la finca sigue asegurada por elementos de Policía Municipal, quienes no han emitido ningún comunicado al respecto de esta versión.
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