El nuevo acuerdo comercial de América del Norte, denominado USMCA Agreement, cuatro puntos clave que renuevan los mecanismos de comercio en la región; entre los que destacan las nuevas reglas de origen para el sector automotriz y la revisión del acuerdo cada seis años.
Así como la ratificación de los mecanismos para la solución de controversias; ya existentes en el actual Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
El secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, señaló que el USMCA es “un acuerdo de última generación”; sin aranceles, sin cupos y con lineamientos concretos para el libre comercio.
Reveló que la firma del también llamado TLCAN 2.0 se llevará cabo el 29 de noviembre próximo, durante la reunión del G20, en la ciudad de Buenos Aires, Argentina; y su entrada en vigor estaría prevista para el segundo semestre de 2019.
«El comercio anual entre México, Estados Unidos y Canada alcanza 1.2 billones de dólares anuales. México y EU reportan un flujo comercial –importaciones y exportaciones– de 550 mil millones de dólares», reportan las cifras oficiales.
Roberto Sánchez de la Vara, ex presidente nacional de la Canacintra y especialista en tratados comerciales de la IBERO, explicó que el nuevo acuerdo tiene una calificación de 8.2, en una escala de 1 a 10. Ello, porque no representa un tratado deseable, sino el mejor que se pudo alcanzar ante la constante amenaza de ruptura por parte de Estados Unidos.
Destacó que USMCA permitirá impulsar las inversiones, el empleo y competitividad del país; lo que –junto con las políticas de desarrollo anunciadas por el gobierno de AMLO– llevará a México a tasas de crecimiento superiores superiores a 2% en los primeros años y hasta 4% o 4.5% al final del sexenio.
USMCA a detalle
De acuerdo a un resumen del texto final, publicado por la Secretaría de Economía (SE), el USMCA determina cuatro ejes clave:
1. Nuevas reglas de origen para el sector automotriz
Para garantizar la libre exportación de automóviles ligeros y camionetas entre México, Estados Unidos y Canadá –sin aranceles–, 75% de los procesos industriales e insumos utilizados en su producción deben provenir de alguno de los tres países. La tasa actual es de 62.5%.
Además, 40% del valor del vehículo debe fabricarse en áreas donde los salarios alcancen un mínimo de 16 dólares por hora. Para lograr tales objetivos, se otorga un periodo de transición de cinco años, después de la entrada en vigor del nuevo tratado.
Para los vehículos pesados, 70% de su valor deberá provenir de procesos e insumos realizados en la región; y 40% de zonas de alto nivel salarial de América del Norte. Mientras que en autopartes, la proporción se eleva de 65% y 75%.
2. Vigencia del tratado
El pacto tendrá una vigencia inicial de 16 años; a diferencia de los 15 años marcados por el TLCAN actual; con una revisión de los objetivos y adecuaciones necesarias cada seis años. Ello con el objetivo de realizar ajustes en su normas. Estados Unidos al principio quería una cláusula de caducidad automática cada cinco años.
3. Solución de controversias
Se mantiene íntegro el Capítulo XX, el cual permite a los tres países dirimir las controversias que puedan surgir en torno a la interpretación, aplicación y alcance del nuevo tratado Tratado.
También preserva el Capítulo XI, que permitirá defender las inversiones más importantes en las controversias Inversionista-Estado.
Continua intacto el mecanismo de solución de controversias del Capítulo XIX; el cual permite la integración de paneles trilaterales para solucionar problemas en materia de cuotas compensatorias y de antidumping. Con ello se eliminó la propuesta de EU sobre estacionalidad, diseñada para bloquear las exportaciones agropecuarias mexicanas en temporada de productos frescos.
4. Atracción de inversiones
Se plantea fortalecer la cooperación entre los tres países respecto a las políticas macroeconómicas y de tipo de cambio; para mantener la estabilidad y contribuir al crecimiento económico sostenido. Así como a la atracción de inversiones en América del Norte.
También reafirma el compromiso de las Partes para cumplir los lineamientos del FMI para evitar la manipulación de los tipos de cambio; o del sistema monetario internacional. Ello, con el fin de evitar un ajuste efectivo en la balanza de pagos u obtener una ventaja competitiva desleal.
