Empleados de la Organización Mundial de la Salud gastaron casi 192 millones de dólares en viajes el año pasado, violando en ocasiones las normas de la entidad al viajar en primera clase, reservar boletos caros a último minuto o sin la aprobación requerida, según documentos obtenidos por The Associated Press.
Los abusos podrían ahuyentar a socios y donantes justo cuando la organización celebra su cónclave anual en Ginebra para pedir ayuda en el combate al reciente brote de ébola en el Congo y otras enfermedades como el polio, la malaria y el sarampión.
Aun así, los 192 millones de dólares constituyen una disminución de 4% comparado con el 2017, cuando la entidad prometió castigar ese tipo de abusos tras una investigación de la AP.
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Los documentos más recientes, sin embargo, revelan que auditores de la OMS hallaron que muchos empleados mintieron sobre las razones de sus viajes y se aprovecharon de las ambigüedades en las normas para reservar boletos primera clase sin que el viaje lo justificara.
La incapacidad de esa organización de poner orden en sus viajes podría minar su credibilidad y dificultarle la recaudación de dinero para luchar contra enfermedades mundiales, estimó Sophie Harman, profesora de salud pública en la Queen Mary University de Londres. Enfatizó que el problema no es tanto el monto de dinero que los empleados gastaron en los viajes, sino la manera en que gastó.
“La OMS tiene que poner orden en casa si es que quiere justificadamente ir a la comunidad internacional a pedirle dinero para la lucha contra el ébola”, expresó Harman.
La OMS tiene, entre otras, la responsabilidad de sentar los lineamientos y coordinar las respuestas internacionales a crisis de salud que ocurran alrededor del mundo. Su presupuesto anual, que asciende a aproximadamente dos mil millones de dólares, viene principalmente de fondos aportados por sus países miembros, que a su vez provienen de los contribuyentes. Estados Unidos es el país que más aporta dinero a la OMS.
En un comunicado emitido el lunes, la OMS afirmó que “los viajes son con frecuencia esenciales para llegar a las poblaciones necesitadas” y señaló que más de la mitad de su presupuesto de viajes fue a la contratación de expertos ajenos o para pagar viajes de representantes de países en desarrollo a sus reuniones estratégicas.
“Cuando nuestro personal viaja realiza una gran variedad de tareas como responder a emergencias, evaluar la preparación de un país, lanzar campañas de vacunación o de otro tipo de medidas sanitarias, entrenar a personal médico y otras tareas”, expresó la agencia mundial.
Añadió que en el 2018 se aplicaron medidas para garantizar que “los viajes sean necesarios, económicos, apropiados y eficientes”.