La selva del Amazonas, cuyo 60% de extensión está principalmente en Brasil, vive una de sus crisis más graves en los últimos años a causa de incendios forestales.
A nivel nacional, Brasil registró 71 mil 497 focos de incendio entre enero pasado y las tres primeras semanas de agosto. Este es es el mayor número de incendios para un periodo similar en los últimos siete años.
Además, según los cálculos del organismo, del total de focos de incendio registrados hasta el 18 de agosto, 38 mil 228, es decir el 52.5 %, fueron detectados en estados de la Amazonía, la mayor selva tropical del mundo.
El número de focos de fuego en lo que va de este año es 83% superior al del mismo período de 2018, de acuerdo con los datos divulgados por el estatal Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales (INPE), que contabiliza los incendios con la ayuda de imágenes de satélite.

¿Por qué se está quemando el Amazonas?
Esta es una de las principales preguntas que se hace la sociedad brasileña. La organización no gubernamental Instituto de Pesquisa Ambiental de la Amazonía (Ipam), informó en un comunicado que el aumento de los incendios y el crecimiento de los focos de fuego se asocia a «la deforestación promovida por hacendados» y no por la sequía.
«El número de focos de calor registrado en la Amazonía ya es en un 60% superior al de los últimos tres años y ese pico tiene relación con la deforestación y no con una sequía más fuerte como podría suponerse», denunció la organización.
«Si la sequía no explica los actuales incendios, el regreso de la deforestación de la selva sí lo hace. El fuego es normalmente usado para limpiar el terreno después de la deforestación», agregó el Ipam en su comunicado. Además, indicó que los incendios provocados por agricultores y criadores de ganado pueden salir del control.
Por otro lado, el gobierno del estado Amazonas, señaló en un comunicado en el que declara Estado de Emergencia: «Los datos de las alertas de deforestación de Deter-B, actualizados hasta la semana pasada, apuntaban a una advertencia del crecimiento de la deforestación en la Amazonía legal». Durante la administración Bolsonaro se han relajado los castigos contra la deforestación ilegal y se ha promovido la misma práctica de manera legal, hecho que le ha valido severas críticas.
Para Bolsonaro, incendios son un ataque de las ONGs en su contra
Fiel a su polémico estilo, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, insinuó este miércoles que organizaciones no gubernamentales (ONG) pueden estar detrás de los incendios.
«Puede haber, sí, y no estoy afirmando, una acción criminal de esos ‘oenegeros‘ para llamar la atención contra mi persona, contra el Gobierno de Brasil, y esa es la guerra que nosotros enfrentamos», declaró a periodistas. Las agresivas políticas de Bolsonaro para permitir la explotación comercial del Amazonas han levantado polémicas.
Además, el presidente brasileño citó que su Gobierno ha «cortado el dinero público que iba para las ONG» que operan en la región amazónica, con proyectos «supuestamente» volcados al cuidado del ecosistema.
«De esa forma, ese personal está sintiendo la falta de dinero», agregó el gobernante de ultraderecha, quien apuntó que ahora la tarea de las autoridades es determinar si los incendios en el mayor pulmón del planeta han sido provocados.
«El crimen existe. Ahora, tenemos que hacer lo posible para que ese crimen no aumente» y establecer las responsabilidades «si es que las hubiera», indicó Bolsonaro, quien insistió en que las ONG que operan en la Amazonía «representan intereses ajenos» a Brasil.
Por otro lado, Ricardo Salles, ministro del Medio Ambiente, señaló en redes sociales que «El clima seco, el viento y el calor hicieron que los incendios aumentaran considerablemente en todo el país».
Manejo del Amazonas enfrenta a Brasil con Europa
El aumento de tala de árboles en el pulmón verde del planeta ha llevado a Noruega y Alemania a suspender partidas destinadas al Fondo Amazonía, dedicado a la protección ambiental en Brasil y del que ambos países son los principales patrocinadores.
Tras las críticas recibidas, Bolsonaro insistió en defender la «soberanía» de Brasil sobre la Amazonía, mandó a la canciller Ángela Merkel a usar los fondos para «reforestar Alemania» y reprochó a Noruega por «matar ballenas» y «extraer petróleo del Polo Norte».
Desde que llegó al poder, el pasado 1 de enero, Bolsonaro ha propuesto un giro radical en política medioambiental, que pasa por la defensa de la explotación de la selva tropical, la legalización de la minería en las reservas indígenas y la reducción de la fiscalización en áreas protegidas.
En Publimetro TV
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