Si algo nos demuestra la siguiente historia es que no hay que ser aprehensivos. Las cosas fluyen mejor cuando no hay altas expectativas. Incluso cuando se trata de un boleto de lotería. Claro, ¡siempre y cuando no lo pierdas!
Una pareja compró un boleto de lotería y no le dio seguimiento. Sin embargo, ese boleto era acreedor a 100 mil dólares, equivalente a dos millones de pesos.
¿Cómo se enteraron? Vía correo electrónico. Con información de Today, Frank Laquitara y Debbie Long-Combs se dirigían tranquilamente a Virginia para unas merecidas vacaciones.
En eso, recibieron un correo electrónico que decía que se había vendido un boleto ganador para la lotería Powerball del 24 de agosto en Connecticut.
Posteriormente, la pareja buscó su boleto que lo habían guardado, nada más y nada menos, que en el visor del automóvil.
Para su sorpresa, ¡el boleto ganador era el de ellos! Revisaron cuidadosamente el número y descubrieron que eran acreedores al gran premio.

Sin embargo, eso no impidió que continuaran con sus vacaciones. En palabras de la pareja, no le dijeron a nadie y resguardaron el boleto hasta su regreso a su estado natal.
En palabras de Debbie Long-Combs a la Lotería de Connecticut:
«Frank revisó los boletos mientras yo leía los números del correo electrónico; coincidimos con cuatro números, más el Powerball.
No lo creíamos, incluso después de que repetí los números dos veces y comprobé el boleto con la aplicación móvil de la Lotería».
La suerte de su lado
Con información de KNX10.70, los boletos de la lotería Powerball se venden en 44 estados en Estados Unidos, así como en el Distrito de Columbia y Puerto Rico.
Con un costo de dos dólares (40 pesos), es uno de los juegos más populares. Sin embargo, en esta ocasión, la pareja ganó de forma impecable.
Además de tener los números de la suerte 5, 12, 20, 21 y 47, el Power Play duplicó su premio de 50 mil a 100 mil dólares.
¿Qué harán con el dinero? En palabras de Debbie:
«Frank realmente necesita un auto nuevo y no pudimos usar nuestro bote todo el verano porque necesitamos un motor nuevo».
Cuando te toca, ¡te toca!