Subhash Batham, un hombre acusado por asesinato que estaba en libertad condicional, fue abatido por la policía el pasado viernes luego de invitar a 23 niños a la fiesta del primer cumpleaños de su hija y mantenerlos secuestrados cerca de 8 horas en el estado de Uttar Pradesh, India.
De acuerdo las autoridades, el secuestrador se mantuvo encerrado desde el jueves en la tarde en una habitación junto a los niños, su esposa y su hija durante las negociaciones. El hombre exigía que le retirarán los cargos y 10 millones de rupias indias por niño; informó Daily Mail.
«El hombre llamó a los niños para una fiesta de cumpleaños y los mantuvo como rehenes en el sótano de la casa. Disparó seis veces desde el interior del edificio», explicó el inspector general de la Policía de Kanpur Range, Mohit Agarwal, según India Today.
Las edades de los niños, que fueron retenidos e intimidados con una pistola, estaban entre los seis meses y siete años de edad, precisó el periódico.
Amenazas de bomba
Al nota la situación, los padres de los niños llamaron a las autoridades quienes iniciaron las conversaciones con el sospechoso. Los oficiales convencieron a Batham de entregar a la bebé de seis meses a un vecino desde un balcón siete horas después de iniciar la toma de rehenes.
Sin embargo, después abrió fuego desde la casa, causando heridas en dos oficiales y un vecino; destacó el diario británico The Independet. Al aumentar la violencia, las autoridades decidieron entrar a la casa y rescatar a los infantes.
El director general de Policía de Uttar Pradesh, Om Prakash Singh, señaló que las negociaciones se acabaron al «enterarse de que tenía capacidades de disparo y después de sus amenazas de bomba«.
Medios locales informaron que al finalizar el rescate, su esposa fue atacada por los residentes cuando intentaba escapar pues la consideraban cómplice. La golpearon hasta causarle la muerte.
«Fue rescatada y llevada al hospital, pero sucumbió a sus heridas», dijo el oficial de la policía Amit Mishra.
El reportero Deepak Kumar Srivastava señaló a la BBC que el hombre «creía que los locales eran responsables de su arresto en el caso de asesinato y quería vengarse«.