Los recursos y patrimonio que la Fundación Mary Street Jenkins tenía en Puebla, se los llevaron “con la colusión de los hombres del poder» del pasado, acusó el gobernador Miguel Barbosa Huerta.
En conferencia de prensa, el mandatario indicó que la investigación que pesa sobre la familia Jenkins de Landa es derivada del litigio que un integrante de esa familia sostiene contra los demás, en donde la agraviada es la fundación sobre hechos que ocurrieron en el pasado inmediato en Puebla y otros lugares de México y el mundo.
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Sin decir nombres, Barbosa señaló que los recursos que sostenían a dicha fundación se fueron de Puebla con la colusión de hombres del poder de administraciones pasadas; sin embargo, aseguró que próximamente saldrán a relucir los «nombrecitos» de algunos políticos y académicos que estuvieron involucrados en esta operación.
“Se fue de Puebla todo el recurso con la colusión de quién se imaginan, ya ni les digo, con la colusión de los hombres del poder, no podía ser de otra forma, porque hay una institución en el Gobierno del Estado que se encarga de vigilar el funcionamiento de las fundaciones”, dijo.
Este martes se dieron a conocer órdenes de aprehensión en contra de Roberto, María Elodia, Margarita y Juan Carlos Jenkins de Landa, Elodia Sofía de Landa Irizar de Jenkins y Juan Guillermo Eustace Jenkins por participar en el lavado de 14 mil millones de pesos, propiedad de la Fundación Mary Street Jenkins.
El desfalco multimillonario se llevó a cabo mediante una donación simulada en favor de Fundación Bienestar de Filantropía, una institución controlada por la familia Jenkins de Landa, quienes realizaron diversas operaciones de lavado de dinero tanto en Puebla como en Aguascalientes, y también enviaron dinero a empresas domiciliadas en Barbados y Panamá.
La investigación realizada por la Fiscalía General de la República demostró que William Oscar Jenkins constituyó la fundación Mary Street Jenkins y estableció que su capital serviría para realizar actos de beneficencia o caridad para las comunidades de Puebla.
Por ello, dispuso que a su muerte la fundación Mary Street Jenkins sería la única y universal heredera, asimismo estableció que no dejaba a sus hijos herencia alguna, ni dinero para que fuera usado.