A cuatro meses de haber tomado el cargo como director del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro, trabajadores y sindicatos notificaron a Jorge Gaviño de diferentes reportes sobre la falta de mantenimiento en varias líneas de este sistema, especialmente de la L12.
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Las advertencias fueron múltiples y alertaron de un deterioro progresivo de varias zonas de la “Línea dorada”; sin embargo, la atención de estas fallas significaba un gasto millonario para el STC, según argumentaron en su momento directores de este sistema en comparecencias ante el Legislativo.
“Queremos saber por qué motivo no se ha dado mantenimiento a la (Línea) Dorada y se ha hecho caso omiso sobre las alertas que han dado ingenieros y especialistas del Metro, corremos peligro desde hace tiempo y no hacen absolutamente nada”, advirtieron conductores del Metro en 2017
Por esta razón, según documentaron trabajadores y miembros de uno de los sindicatos del Metro –quienes solicitaron protección a sus nombres por temor a represalias– se desestimaron estos documentos y se instruyó no tocar de nuevo el tema.
“Ha sido la frase de siempre: no hay recursos para dar mantenimiento al Metro, esto a pesar del aumento a la tarifa. Siguen registrándose accidentes en diferentes líneas por la falta de voluntad de los altos mandos para atender de forma profunda lo que siempre le ha dolido al STC: el mantenimiento”, acusaron.
Estas mismas advertencias se le notificaron en su momento a Joel Ortega hasta en, al menos, diez ocasiones presentadas en oficios y solicitudes por escrito. La respuesta fue la misma: no hay presupuesto para dar atención a estaciones, rieles y vagones del Metro, así como su estructura general.
De acuerdo con la Plataforma Nacional de Transparencia, trabajadores interpusieron distintas solicitudes de información para conocer los motivos respecto a la falta de mantenimiento preventivo y correctivo de la Línea 12 y otras más como la B y 5.
Incluso desde la Asamblea Legislativa –hoy Congreso de la CDMX, se alertó en distintos Puntos de Acuerdo sobre las intervenciones de mantenimiento después de su inauguración en esta línea, por el entonces jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard.
A esto se le sumaron diagnósticos de especialistas del peligro que representaba esta línea debido al cambio de trazo, modificación del radio de curvas, e incluso el sismo de 2017 y las fallas geológicas, que terminaron por agravar el estado estructural de todas las estaciones.
Este diario solicitó la versión de Joel Ortega, Jorge Gaviño y Florencia Serranía, actual directora del STC; sin embargo, rechazaron dar declaraciones.
Sin rendición de cuentas
La Auditoría Superior de la Federación (ASF) denunció en 2011 que en la construcción de la L12 hubo nepotismo, incremento injustificado de costos en estaciones y tramos, incluido el que colapsó, además de una mala supervisión de la calidad de la obra y los materiales.
Tras dar conocer los resultados de la revisión de la Cuenta Pública de 2009, la ASF informó que Enrique Horcasitas, quien estuvo al frente del proyecto, es hermano de Luis Horcasitas, quien en ese momento era miembro del Comité Ejecutivo de ICA y responsable de su unidad de Construcción Civil, a la que se asignó la Línea 12.
“La entidad fiscalizada formalizó en forma indebida el convenio modificatorio núm.1, en virtud de que en la revisión de la documentación proporcionada se detectó que los apellidos del Director General del Proyecto Metro del Distrito Federal, coinciden con uno de los Directores Generales de Construcción de ICA, S.A. de C.V., quien fue promovido a Vicepresidente Ejecutivo de la misma empresa, por lo que en virtud de que el convenio es una extensión del contrato se advierten modificaciones con ventaja para el consorcio”, acusó la ASF.
