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Al menos 5.5 millones de niños de Afganistán sufrirán niveles críticos de hambre en esta segunda mitad de 2021. El aumento del precio de los alimentos básicos, la sequía y los nuevos desplazamientos son los motivos, según la ONG Save the Children.
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El gas se ha disparado hasta un 63% en el último mes, como han constatado los equipos de la ONG en Kabul, Faryab y Kunduz. Y la previsión es que sigan creciendo debido al cierre de fronteras y a las interrupciones de las importaciones.
La directora de Incidencia Política y Campañas de Save the Children Afganistán, Athena Rayburn, advirtió que «el repunte de los precios hará que los alimentos estén fuera del alcance de muchas familias, en particular de aquellas que han sido desplazadas de sus hogares y se han quedado sin nada». La ONU estima que hay más de medio millón de desplazados internos.
Además, «el conflicto, la sequía y el Covid-19 empujaron a millones de niños y niñas a sufrir pobreza y pasar hambre en Afganistán, pero tras los últimos acontecimientos podrían ser empujados aún más al borde de la hambruna«, dijo Rayburn.
Una encuesta realizada por Save the Children reveló que, antes del conflicto, la mayoría de familias reconocieron haberse endeudado para comprar comida, recortaron raciones y enviaron a sus hijos a trabajar. La organización ve «probable» que estas tácticas de supervivencia se mantengan por las limitaciones para acceder a los ahorros en manos de entidades financieras.
