Luego del caótico martes 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos tras la serie de ataques terroristas en las torres del World Trade Center y en el edificio del Pentágono, el gobierno norteamericano encabezado por George W. Bush autorizó la ‘construcción’ de la polémica prisión de Guantánamo.
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Como parte de la intención de George W. Bush de declarar abiertamente la ‘guerra en contra del terrorismo’, la Seguridad Nacional de Estados Unidos se preocupó por contar con un centro de detención que representara los máximos niveles de una prisión para todo aquel considerado terrorista o enemigo del país más poderoso del mundo.

Fue en 2001 tras los atentados terroristas contra EU, que se decidió ocupar la base militar de Guantánamo en Cuba, para convertirla en una prisión capaz de albergar terroristas y todo aquel que representara un peligro para Estados Unidos. La prisión comenzó a operar en enero de 2002 tras abrir sus puertas y recibir a su primera decena de presos (curiosamente todos ellos procedentes del medio oriente) por su relación con los ataques del 11S.
Con el paso de los meses, el gobierno de Estados Unidos logró identificar a más miembros de organizaciones terroristas y los envió a la recóndita prisión de Guantánamo, misma que en menos de un año llegó a contabilizar cerca de 700 presos.
Tortura, abusos y otros casos que hicieron polémica la creación de Guantánamo
Pese a que en un principio el proyecto de Guantánamo parecía estar encaminado al éxito y aparentaba ser la solución y el posible fin al terrorismo, lo cierto es que Estados Unidos comenzó a resultar ‘perjudicado’ por las críticas y señalamientos internacionales sobre la manera en la que operaba el centro de detención.
Con el paso de los años, Guantánamo se convirtió en un centro en el que los prisioneros comenzaron a recibir serios actos de tortura y abusos, los cuales de acuerdo con organizaciones internacionales atentan contra los derechos humanos.

Uno de los principales cuestionamientos hacia las autoridades estadounidenses se hizo al considerar que los enviados a Guantánamo no atravesaban ningún proceso ni juicio previo al ser considerados presos por periodos indefinidos.
Otra crítica por parte de organizaciones de Derechos Humanos hacia EU se dio al considerar que Guantánamo se eligió de manera deliberada, sabiendo que al elegir establecer la prisión en Cuba, sería más fácil escapar y evitar cualquier tipo de derecho internacional a favor de los presos.
“Estados Unidos entiende que los enviados a Guantánamo no se consideran prisioneros de guerra, por lo que no tiene que aplicarles las convenciones internacionales y puede retenerlos indefinidamente sin juicio y sin derecho a una representación legal”, destacó para la BBC, Patricia Stottlemyer, abogada de Human Right First.
Intento de cierre de Guantánamo
Tras la llegada de Barack Obama a la Casa Blanca en 2008, el mandatario republicano intentó concretar el cierre oficial de Guantánamo debido a la polémica y logró firmar un documento a tan sólo semanas de haber llegado al poder para realizar el cierre de la prisión.

Sin embargo, un cambio inesperado por parte del gobierno estadounidense hizo que el decreto firmado por Barack Obama fuera rechazado, lo cual le dio vida durante más tiempo a la prisión, misma que sigue en pie casi 13 años después.
Tras la negativa del cierre se decidió ‘invertir’ en el mantenimiento a la prisión, y de acuerdo con la BBC, aunque se desconocen las cifras exactas que Guantánamo ha ingresado en los últimos 20 años, se estima que cerca de 2 mil personas trabajan en el centro de reclusión, entre los que destacan mil 800 militares, algunos lingüistas, traductores y algunas otras funciones no especificadas.

Además se calcula que aproximadamente se invierten cerca 380 millones de dólares anuales, convirtiéndola en la cárcel más cara del mundo.
Guantánamo en la actualidad
Han pasado casi 20 años desde que Guantánamo empezó a operar sin dejar en claro su verdadera función y generar críticas y polémica por los actos de tortura y abusos, mismos que no se conocerán probablemente nunca debido a la confidencialidad con la que EU lo maneja.

“Mientras las personas estén detenidas en Guantánamo, la información sobre su tortura no se revelará. Ese es el principal interés del gobierno y por lo que paga para mantener la cárcel: evitar la divulgación sobre los casos de tortura, evitar que el mundo sepa exactamente qué le sucedió a los hombres ahí recluidos y quienes eran los responsables”, explicó Wells Dixon, abogado del Center for Constitutional Rights, organización que se encarga exclusivamente de otorgar defensa a los presos de Guantánamo.
Actualmente se estima que al menos 40 presos siguen recluidos en Guantánamo, aunque la cifra podría ser menor o mayor, datos que hasta ahora se desconocen.