Después de 548 días con restricciones para limitar la propagación de Covid-19, la alta tasa de vacunación de Dinamarca permitió al país escandinavo convertirse en una de las primeras naciones de la Unión Europea en levantar todas las restricciones internas para frenar la pandemia.
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El regreso a la normalidad ha sido paulatino. El uso de cubrebocas en el transporte público dejó de ser obligatoria el 14 de agosto. El 1 de septiembre se eliminaron los límites a las reuniones públicas y dejó de ser obligatorio mostrar el pase digital para eventos o sitios públicos.
A partir del viernes dejó de requerirse la presentación del pase digital para ingresar a clubes nocturnos. Este fue el último resguardo contra el virus en caer en Dinamarca.
Más del 80% de las personas mayores de 12 años recibieron las dos inyecciones. A partir de la medianoche, el gobierno danés ya no consideró al Covid-19 como “una enfermedad socialmente crítica“.
El ministro de Salud, Magnus Heunicke, dijo el mes pasado que la epidemia estaba bajo control. Sin embargo, advirtió: “no estamos fuera de la epidemia” y que el gobierno actuaría si era necesario.
