Nuevo León

Le falta visión a las autoridades: Ada Dávalos

La esposa de Jaime Rodríguez Calderón el Bronco habla con Publimetro de su labor para la recolección de firmas en busca de la candidatura a la Presidencia de la República

Adalina Dávalos, esposa de Jaime Rodríguez Calderón el Bronco, está dedicada de lleno a la recolección de firmas para lograr la candidatura de su esposo a la Presidencia de la República por la vía independiente, labor que la ha llevado a recorrer diversos estados, sobre todo, del sur del país como Campeche o Yucatán, donde la gente padece profundos rezagos y carencias.

En su recorrido la gente le expresó su enojo por el descuido de las autoridades, ya sea por las promesas no cumplidas o por la falta de visión; no obstante, la recibieron y escucharon mientras les explicaba el proyecto y solicitaba su apoyo.

En entrevista con Publimetro comparte lo que ha sido la experiencia de dejar el DIF y entregarse de lleno al proyecto mientras se entera de lo que ocurre a su alrededor, ya sea por medio de los periódicos o de las redes sociales, labor en la que se apoya en Lula de Longoria (@lolipiu_), esposa de Jorge Longoria, quien se desempeñaba como director de la Agencia Estatal de Transporte.

¿Cómo te ha ido recolectando firmas por el sureste mexicano?

—Además de divertido, era un reto para mí, porque tanto Campeche como Yucatán son dos estados gobernados y arraigados por el partido tricolor, entonces era como ir a ver realmente si podía, si lo lograba. También sé que fui decidida a lograrlo, como ahora que me tocar ir a Baja California.

Creo que sí valió la pena todo lo que nos tocó. Pero nunca fue la intención solamente ir a conseguir la firma, creo que era lograr más que la firma, que la gente viera que tenía otra oportunidad, que no podían seguir gobernados por los mismos. Porque llegué a comunidades donde ninguna autoridad había llegado ni la municipal ni la estatal, y menos la federal.

Me encontré muchas cosas como el enojo de la gente, el descuido de la autoridad, pero algo que no puede ser posible es que hoy podamos tener la tecnología tan avanzada, como el Internet, y que no ha llegado a todo el mundo, que no lo puedan poner en un pueblo para que puedan seguir estudiando. Creo que le hace falta visión a las autoridades.

¿Cómo te recibieron en estas comunidades?

—Me recibieron excelente porque, para empezar, el que la esposa de un aspirante a presidente toque la puerta de su casa no es común. Jamás en la vida lo habían visto, entonces yo tocaba y les empezaba a contar quién era y a qué veníamos. No les preguntaba si tenían su credencial o si me iban a dar su firma para poder decirle todo. Hubo con quien me quedé hasta más de una hora y no me dio la firma, pero no era la firma, era lo que ellos tenían que ver y quitarse la venda de los ojos y decir ‘creo que puede haber un cambio’.

¿Descubriste algún rincón de México que te haya llamado la atención?

—Normalmente uno visita las áreas turísticas, pero la gente nunca llega a los rincones. Fui a la comunidad de Kanxoc y cuando me empiezan a contar la historia de su pueblo, encontré que ellos son muy guerreros y no quieren a los políticos, ya están cansados de la autoridad, de que vayan y los engañen, viven en una situación de olvido.

A pesar de que las señoras se la pasan tejiendo para poder vender sus artesanías, todavía vamos los mexicanos y les regateamos. Me dijeron que no me fuera a asustar, que para ellos el que nos reciban era una fiesta y cuando volteo veo a todas las jovencitas vestidas con sus trajes típicos elegantes recibiéndome y con tambora; fue una fiesta que realmente me quitó el panorama de todo lo que me habían contado.

Sí tuvimos muchísimas dificultades en la cuestión de que en la mayoría de esos poblados la gente habla maya, entonces la lengua se nos complicaba.

¿Qué pensaste cuando Jaime te habló de la posibilidad de buscar la Presidencia?

—Creo que con la que más batalló fue conmigo. Yo era la que todos los días le decía que no, que nos faltaba mucho por hacer. Mi labor dos años en el DIF fue incansable, logré hacer cosas que muchas de las que estuvieron ahí no hicieron, sobre todo ser diferente en el trato, en la atención, en entregarme al 100% en tiempo y a veces más dedicada que en actividades de mis hijos. Pero era un compromiso que los ciudadanos también me dieron, al haberle dado la oportunidad a mi marido.

Fue algo muy complicado, me costó demasiado. Los últimos dos meses cuando él me dice que se iba a inscribir y que si contaba con mi apoyo, quedé en shock, porque para mí dejar el DIF, fue dejar dos años de una entrega total a la institución.

¿Cómo es Jaime?

—Jaime es súper entregado a su trabajo. Creo que el hecho de que los dos compartamos la misma pasión no es fácil, porque normalmente quien sólo lucha es el precandidato y no la otra parte. En mi caso me apasiona, porque esto lo hago desde los cinco años que he estado en campañas, no soy “Ada” de Jaime para acá. Entonces hoy que tenemos la oportunidad de haber hecho una carrera como familia, todos vivimos esa misma pasión de ayudar.

¿Te ha cambiado en algo haber estado en la gubernatura?

—Pues sí cambio mi vida. Me tuve que ir a un lugar al que Jaime se tardó un mes para que me convenciera de salir de mi casa. Era pretexto tras pretexto, pero sabes que no es dónde vives, es dónde te sientas cómoda.

¿Te apasionan las redes sociales?

—Cuando Jaime empezó con las redes sociales me enojaba, entonces le dije regálame un iPad para entenderte y me la regaló. Empece a entender el Instagram. De un tiempo para acá mi hija Valentina –tiene 10 años– dice que quiere ser bloguera y no sé qué tanta cosa, pero a mí el Facebook me encanta.
No soy de las que se ciega, como todas las esposas de los gobernantes, a no leer lo que dicen los periódicos, pero hoy lo leo todo a través de Facebook, porque también sé que a veces dicen cosas que no son. Leo todos los comentarios que le dejan a Jaime y todos los que me dicen a mí, porque es la única forma de saber lo que está pasando.

Creo que tienes una compañera muy divertida en redes sociales. ¿Cómo la llevas en ese aspecto?

—Lula es esposa de un funcionario. Ella realmente ha hecho una gran labor en el área del voluntariado. Es super divertida, así que le di la tarea de que usara las redes sociales y que subiera los videitos.

 

1
hora o más llegó a pasar con los ciudadanos explicando el proyecto de su marido.

1,117
seguidores tiene en su cuenta de Instagram.

DV Player placeholder

Tags


Lo Último

Te recomendamos