Uno de los temas más importantes para el país es su economía y las empresas son uno de los motores principales de la economía nacional.
Por si esto no fuera suficiente para dejar clara la importancia de las unidades económicas, la empresa es una de la formas de organización humana más compleja porque involucra a las personas, sus esfuerzos, la obtención de recursos necesarios para subsistir, amistades, pleitos, deseos, envidias y tantos sueños que ponemos en el trabajo diario.
Precisamente por implicar todo este entramado humano, pienso que las empresas no pueden verse únicamente como generadoras de riqueza. Claro que es uno de sus fines principales, pero en opinión de importantes humanistas y empresarios, no es la única finalidad. El desarrollo de los seres humanos que colaboran en la organización también es determinante.
Para lo cual la capacitación, tanto en lo concerniente a los aspectos técnicos como humanos, resulta central. Sin embargo, como lo muestra la Encuesta Nacional sobre Competitividad de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas, aproximadamente el 88% de las empresas no ofrece capacitación a sus empleados.
Si analizamos la capacitación por tamaño de la empresa, notamos que en la micro, con tan potente presencia en México pues son la mayoría, la capacitación es muy baja. Sólo el 11.5% de las micro lo hace. Es en la mediana donde más se capacita a los colaboradores: casi tres de cada cuatro empresas medianas ofrecen capacitación.
Los motivos que dan las empresas para no capacitar a su personal es porque interrumpe la producción, la capacitación tiene un costo elevado, el conocimiento que se tiene ya es suficiente o porque dicen ya haber dado antes la capacitación necesaria.
Una vez revisadas estas cifras, es más fácil expresar la siguiente idea. Una de las formas de crecer las corporaciones es contar con mayores ingresos, mayor capital, más trabajadores, más infraestructura, más ventas. Pero también crecen las empresas al desarrollar a sus colaboradores. Transformar a los individuos en la empresa es transformar toda la organización.
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Se trata de lograr que los integrantes de las empresas se capaciten técnicamente, cuenten con más conocimientos, pero también que estén más contentos, que tengan salarios más dignos y acorde con sus responsabilidades, que desarrollen habilidades y aptitudes más sanas incluso como seres humanos.
Además, creo que no se tiene que asistir a una escuela de negocios para saber que los colaboradores contentos con su trabajo pueden ser más productivos, y la mayor productividad redundará en mayores beneficios, incluso económicos.