¿PAREJA?, ¿EQUIPO?…. ¿AMBOS?

Cuando se trata de entender al hombre y a la mujer actuales primero tenemos que atisbar cuáles vienen a ser sus necesidades emocionales primarias

Las parejas de hoy, sean de novios o de esposos, ya no son lo que eran antes. Eso a lo que llamamos “modernidad”, cuando se trata de relaciones sentimentales, viene aparejada con un sinfín de circunstancias que, definitivamente, nos hace ver que el “antes” y el “ahora” son diametralmente opuestos, lo que nos obliga a intentar entender (aunque sea un poco) cuáles son los ideales que buscan los hombres y las mujeres al momento de elegir a su media naranja.

En primer lugar, en este Siglo XXI ya no caben más los núcleos familiares monolíticos en los que damas y caballeros tienen un rol social perfectamente definido del cual no se pueden zafar y que, de hacerlo, como solía ocurrir en el siglo pasado, detonaban tremendos escándalos sociales que derivaban incluso en tragedias para todos los involucrados y que hacían ver la historia de “Romeo y Julieta” de William Shakespeare como un relato infantil.

Sin embargo, cuando se trata de entender al hombre y a la mujer actuales primero tenemos que atisbar en cuáles vienen a ser sus necesidades emocionales primarias, ¿qué buscan?, ¿qué quieren? y ¿qué necesitan? Obviamente ambos géneros responderán inmediatamente que esencialmente buscan en una pareja apoyo, respeto y comprensión, pero sobre todo que ésta les permita desarrollar un espacio propio en el que puedan crecer como individuos y que a partir de ahí logren alcanzar varias metas de distinta índole para que ese núcleo emocional (primero un noviazgo y después un matrimonio) tenga como hilo rector a dos sujetos de valores e importancia muy similares.

¿A qué nos estamos refiriendo exactamente (hombres y mujeres por igual) cuando aseguramos que ya no queremos estar en una relación como la que tuvieron nuestros padres y nuestros abuelos, y que en lugar de eso nuestra pretensión nos ubica en posición de ofrecer y exigir equidad? En primer lugar tenemos que estar dispuestos a ofrecer lo mejor de nosotros mismos para que esa relación prospere y se consolide, lo que definitivamente no es nada sencillo si recalamos en la circunstancia de que durante años hemos venido arrastrando con un extenso catálogo de convencionalismos sociales que gracias al machismo no hemos logrado erradicar. Así que, si de entrada vamos a una relación con el pensamiento de que “él es el hombre, a él le corresponde trabajar, abrirme la puerta, mantenerme y yo quedarme en la casa a tener todo quirúrgicamente limpio, a llevar a los niños a la escuela, cocinar y coordinar todas las finanzas familiares” indefectiblemente estaremos condenando al fracaso nuestra relación.

  Pero si por el contrario, en lugar de montarnos en estereotipos ancestrales optamos por romper viejos esquemas obsoletos y mejor optamos por crear una verdadera sociedad, en la que las opiniones, acciones y aportaciones de ambos tengan el mismo específico, por lógica se dejarán ver y sentir varias sinergias y dinámicas que poco a poco irán  dándole vida y forma a una relación que tendrá sus propios pulmones para respirar y sus propios pies para caminar. Porque, al final del día, cuando un hombre y una mujer adoptan el compromiso de convertirse en seres complementarios el uno para el otro, en todos los aspectos, siempre habrá oportunidad para que ambos caminen en la misma dirección y al mismo ritmo.

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Empero, no se requiere de pócimas mágicas o de algún hechizo para lograrlo. Sólo se necesita de respeto, tolerancia y una visión muy clara de hacia dónde quieren llevar su relación y con qué características desean que ésta se distinga. 

Y no olviden que todos los jueves y sábados a la medianoche los espero su programa favorito “Exclusivo Para Hombres”, que se transmite por Telefórmula (chequen programación y nomenclatura de su respectiva compañía de cable).

E-mail: yazminalessandrini@yahoo.com.mx Twitter: @yalessandrini1

* Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las escribe y firma, y no representan el punto de vista de Publimetro.

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