Después de la elección histórica del 1 de julio pasado, México comenzó a reconfigurarse, comenzó a sufrir una transformación importante, de cara al nuevo reto que representa un gobierno con mayoría en el Congreso de la Unión y en las Cámaras de Diputados estatales.
Con el reparto que hizo el INE de curules y escaños plurinominales, Morena contará en San Lázaro con 191 diputaciones, 61 del PT y 56 de Encuentro social, lo que significa que la coalición Juntos Haremos Historia tendrá un total de 308 legisladores, de 500. Para el Senado, 55 curules son de Morena, 8 de Encuentro Social y 6 del Partido del Trabajo, lo que hace un total de 69, de 120.
En un escenario de mayorías, en el que Morena podría ser tentado a comprar voluntades para alcanzar una mayoría calificada y, con ello, tener el poder para hacer reformas constitucionales, es urgente la existencia de figuras que generen contrapesos que equilibren el sexenio es importante por nuestro país.
Y es en este escenario en el que el Partido Acción Nacional se coloca como la única oposición directa al futuro gobierno en términos de fuerza política, por lo que su desempeño en el Congreso será fundamental para lograr equilibrios y contrapesos verdaderos.
Para lograrlo, el PAN ya delineó cinco grandes ejesque empujará desde el Congreso : combate frontal a la corrupción, en el que destaca el fortalecimiento del Sistema Nacional Anticorrupción y la Fiscalía General autónoma e independiente, y seguridad pública y justicia, tanto de fortalecimiento, como la extinción de dominio, como de la propuesta de la Secretaría de Seguridad Pública y Mando Mixto.
Otras prioridades para las fracciones parlamentarias panistas a partir del próximo 1 de septiembre son: Desarrollo económico, orientado a combatir la desigualdad. Aquí, se incluyen temas de educación, como la reforma educativa, y de salud, así como la propuesta para reducir el IVA a 8 por ciento en la zona fronteriza, bajar el impuesto a las gasolinas; Fortalecimiento de México en el mundo, yGobernabilidad y democracia.
Sin descuidar esta abultada agenda, al interior del PAN continúa el debate sobre los métodos y formas que le ayuden a recuperar su tradición de oposición responsable y cómo procederá con respecto a sus aliados políticos, es decir, el PRD y Movimiento Ciudadano.
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Otros contrapesos para la próxima administración serán, sin duda, los gobiernos estatales, que en su mayoría son encabezados por partidos distintos a la actual administración . La coordinación entre Federación y los estados en materia de seguridad, salud y educación es fundamental y deberá servir como equilibrio natural.
Organismos constitucionalmente determinados pueden también establecer equilibrios, como el Banco de México, el cual, al ser autónomo, tiene facultades en materia de política económica.
Un equilibrio importante más es la Suprema Corte de Justicia de la Nación, máximo tribunal del país que deberá proteger la constitucionalidad en el actuar del futuro gobierno.
Además, sociedad civil, medios de comunicación y activistas, políticos e intelectuales críticos podrán medir, evaluar y supervisar al futuro gobierno federal.
Los mercados financieros también podrán plantarse frente al futuro Presidente, pues de sus decisiones en materia de política económica dependerá en gran medida fortalecer o debilitar la confianza de los inversionistas internacionales.
Solo de esta manera, el gobierno federal que entrará en funciones el 1 de diciembre podrá tener las manos atadas, lo que significa que aunque tenga mayorías en los Congresos requerirá negociar, consensuar, dialogar con el resto de las fuerzas políticas y la sociedad antes de tomar decisiones.
El PAN, segunda fuerza política nacional, se presentará como una oposición responsable, una oposición inteligente, con visión humanista y social, como una oposición que no le dará manga ancha al próximo gobierno y, todo lo contrario, lo vigilará y rechazará cualquier intento autoritario que atente contra los intereses del pueblo, incluso, contra los de aquellos que no lo apoyaron el 1 de julio.