El 30 de septiembre se anunció que Canadá, México y Estados Unidos habían llegado a un acuerdo comercial que representa la actualización y modernización del TLCAN, el llamado USMCA (por sus siglas en inglés). El solo hecho de conservar un Tratado que incluye a los tres países en medio de un contexto político internacional adverso es motivo de reconocimiento al enorme talento del equipo mexicano. Aunque el Senado todavía no conoce formalmente los detalles del documento, celebro la inclusión de un capítulo dedicado a la economía digital.
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El capítulo 19 dedicado a la economía digital representa un avance en el reconocimiento del impacto e importancia que ésta tiene en el ordenamiento de las relaciones económicas, políticas, sociales y culturales entre los tres países; e incluye temas que nunca antes se habían abordado en un acuerdo comercial firmado por México.
En este capítulo se plantean cuestiones tan relevantes como la protección de datos personales, la cooperación en materia de ciberseguridad, el reconocimiento de la firma electrónica, la importancia de los datos abiertos de gobierno para detonar innovación y mejorar la calidad de los servicios. Por otro lado, hasta el momento no se observa que el documento presente una posición clara sobre neutralidad de la red, en donde los tres países tienen posiciones marcadamente divergentes. El tono y acercamiento a estos temas marcarán la “reglas del juego” del ecosistema digital y su impacto se sentirá no solo en la región, sino en todo el mundo.
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Por lo anterior es vital aprovechar esta oportunidad para comenzar un diálogo abierto que involucre a todos los sectores de la sociedad acerca el ecosistema digital que queremos construir a partir de este nuevo modelo, y en especial sobre los principios y valores a los que no podemos renunciar. La naturaleza libre, diversa y colaborativa de Internet, así como los derechos de las personas, deben garantizarse. Y es justo con esta perspectiva que continuaré analizando el USMCA.