Luego de que 28 congresos locales han aprobado la reforma constitucional por la que se redefine la Guardia Nacional, es probable que esta semana se haga la declaratoria de reforma constitucional y con ello finalice el proceso legislativo.
Sin embargo, este es solo el principio del camino que la consolidación de este cuerpo policial tendrá que seguir: quedan pendientes las leyes secundarias, importantísimas como la ley para regular el uso de la fuerza, el registro nacional de detenciones y la de la guardia civil. Otro aspecto fundamental será el nombramiento del Ejecutivo Federal de la persona que encabezará este cuerpo policial: quien tenga su cargo esta responsabilidad deberá contar con un perfil y trayectoria congruentes con la realidad de seguridad que el país enfrenta y con lo plasmado en la Constitución.
En ese sentido, lo más adecuado es que el perfil de quien encabece la Guardia Nacional quede delineado en la ley secundaria sobre la Guardia Nacional. Los y las legisladoras deberemos de garantizar que la ley establezca que quien encabece esta corporación tenga un perfil civil, y experiencia en una doctrina policial centrada en los elementos descritos en la reforma constitucional: el servicio a la sociedad, el respeto a los derechos humanos y la ley, y en la perspectiva de género.
Más importante aún – aunque no se encuentre expresado en el dictamen aprobado- sería que el Ejecutivo eligiera al titular tomando en cuenta las voces y opiniones de expertos en seguridad, de las víctimas y de sociedad civil. Y es que estos fueron clave para construir una Guardia Nacional de carácter civil, una guardia nacional con el apoyo de todos los grupos parlamentarios, y una guardia civil con la que se puede trabajar para recuperar la paz.
Incluir a la sociedad en el proceso de selección de quien encabece la guardia nacional – aunque sea de manera informal y no vinculante – ayudará sin duda a elegir a un perfil cercano, y mejor preparado para enfrentar el enorme reto de convertir a la Guardia Nacional en una herramienta exitosa para la pacificación del país y la recuperación del tejido social.