El presidente Andrés Manuel López Obrador ha descartado la confrontación con su homólogo de Estados Unidos, Donald Trump, por los recientes embates y provocaciones publicadas en Twitter de que la próxima semana cerrará la frontera si nuestro país no detiene inmediatamente la inmigración irregular. López Obrador ha descartado contestarle a Trump.
La prudencia es el mejor consejero para actuar ante temas tan complicados. Además hay que recordar que Estados Unidos entrará en un proceso electoral y Trump utilizará el tema ante la agenda que tiene en el Congreso. Hay una confrontación política en Estados Unidos cada vez que se avecinan elecciones. No olvidemos que Trump está en campaña, y acude de nueva cuenta a la formula -que le funcionó- de atacar a México. Eso le representa votos.
Estamos ante tiempos desafiantes para la política exterior mexicana. Contestarle al presidente de Estados Unidos es hasta apoyarlo, es hacerle el juego de la pelea verbal. Es caer en la trampa del político republicano que día a día endurecerá su lenguaje para atraer votos.
No responderle es hacerle vacío y por tanto no apoyarlo en su intención electoral de volver a subir el conflicto migratorio como razón fundamental en sus aspiraciones reelecionistas.
“México no actúa con base a amenazas”, ha referido el titular del ejecutivo al decir que nuestro país tiene como estrategia fundamental la creación de oportunidades de empleo y bienestar.
Aquellos que critican a López Obrador por no entrar en polémica con el mandatario estadounidense, -Senadores del PRI,PAN y el PRD, así como las dirigencias partidistas-, o actúan de mala fe porque quieren que se genere un conflicto con nuestro vecino -que es además una superpotencia económica y militar-, o son ignorantes, o no entienden nada de política: o quizá ambas cosas.
El 97.2 por ciento de las y los mexicanos que viven fuera de México están en Estados Unidos, el 48 por ciento están en condición de carencia de documentos, es decir son los más vulnerables.
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López Obrador ha sido muy claro: lleva años argumentando lo mismo sobre el tema migratorio: que este se resuelve generando empleos, dándole oportunidades de trabajo en México, no confrontándonos con Estados Unidos.
Lo que hicieron los gobiernos neoliberales fue cerrar fuentes de empleos, no apoyar al campo, dejar que la corrupción acabara con nuestra economía, desatendieron la pobreza, la violencia, y por eso tantos millones de mexicanos han tenido que pasar al otro lado, migrar.
Este gobierno atiende las causas. No está a la defensiva. Cambió la mentalidad defensiva por una proactiva. La premisa es que la migración sea opcional, no obligatoria y que la gente no tenga necesidad de emigrar ante la creación de oportunidades de empleo y el bienestar en su propio país. La narrativa es otra.
No hay duda, la estrategia del presidente López Obrador contra la migración irregular funcionará, en el mediano y por supuesto en el largo plazo.