*Mariana Gómez del Campo, Secretaria de Asuntos Internacionales del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Acción Nacional
El poeta danés Hans Christian Andersen afirmó que “la prensa es la artillería de la libertad” y que razón tenía, ya que si comparamos un mapa de la clasificación mundial de la libertad de prensa elaborado por Reporteros sin Fronteras con el Índice Democrático de la Unidad de Inteligencia de The Economist, podremos encontrar una relación directamente proporcional entre ambas variables, lo que nos permite concluir que en los países democráticos impera la libertad de prensa, es decir, el grado de pluralismo y libertad que tienen los periodistas.
Los resultados de México no son alentadores ya que es definido como una democracia defectuosa pues los ciudadanos no consideran que el gobierno dé resultados, no confía en las instituciones y los abusos del poder son una constante; en materia de libertad de prensa, nuestro país sigue siendo uno de los más peligrosos a nivel mundial para ejercer el periodismo, ya que quienes cubren temas relacionados a corrupción gubernamental o crimen organizado reciben intimidaciones o agresiones. En lo que va de la presente administración, han asesinado a seis periodistas, según datos oficiales.
En ese contexto, el viernes 12 de abril, el periodista mexicano Jorge Ramos, quien ha sido galardonado con ocho premios Emmy que premian la excelencia de la industria televisiva, cuestionó a López Obrador sobre su estrategia para detener la violencia que sigue incrementándose, el tabasqueño afirmó que ese panorama estaba revirtiéndose, pero el periodista respondió que los datos oficiales lo contradecían; el presidente repitió el mismo discurso culpando a los gobiernos anteriores y afirmando que han disminuido los homicidios, Ramos sostuvo que los números oficiales dicen otra cosa.
A la luz de los datos, lo que el gobierno federal hizo fue jugar con la percepción de números ya que es más alarmante informar sobre la muerte de 2 mil 370 mexicanos en el mes de febrero que resumirlo en un promedio diario de 83.1 asesinatos. Al verse orillado, López Obrador dijo que compartiría las cifras más tarde y se dedicó a arremeter nuevamente contra el diario Reforma acusándolo de conservador e hipócrita.
Pero la situación no quedó ahí, las huestes de bots de la llamada “Red Amlove” expuesta por el Signa Lab del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), lanzaron desde el viernes una campaña contra el periodista descalificando su labor y ofendiéndolo. No es la primera vez que sucede, pues desde Palacio Nacional se estigmatiza a la prensa crítica lo cual puede ser utilizado como una forma de justificar la violencia hacia las voces que no son complacientes con el presidente.
El lunes 15 de abril, López Obrador lanzó a los medios de comunicación la siguiente advertencia: “ […] creo que ustedes no sólo son buenos periodistas, son prudentes porque aquí los están viendo y si ustedes se pasan, pues, ya saben lo que sucede”. Por si fuera poco, en su conferencia del día siguiente remató con la siguiente declaración: “si un periodista se excede, la misma gente lo pone en su lugar”.
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Es lamentable que, como lo hizo el gobierno anterior, López Obrador siga empeñado en “matar al mensajero” antes de analizar la situación real del país cuya violencia es extrema; el tabasqueño tuvo la oportunidad de condenar la hostilidad de sus huestes contra la prensa crítica, pero prefirió legitimar los ataques desmarcándose. Aún más irónico es que Beatriz Gutiérrez denuncie constantemente el incremento del acoso especialmente en twitter, cuando es su esposo quien atiza dichos actos fortaleciendo un discurso de odio que polariza a la sociedad mexicana.
Sólo los líderes autoritarios amenazan a los que no piensan como ellos. En México, López Obrador está manipulando a la opinión pública porque, en un ambiente enrarecido y tan polarizado, los mensajes se diluyen; por ello, es responsabilidad de todos proteger la libertad de expresión para mantener el derecho de todos, propios y extraños, a expresarnos de forma libre. No podemos guardar silencio, necesitamos defender al periodismo y procurar que preserve su independencia del poder. Si hoy no levantamos la voz para defender la prensa, mañana no tendremos espacios libres. Al tiempo…