En cualquier otro momento, un político estaría prácticamente acabado con un escándalo como el que carga el titular de la Comisión Federal de Electricidad, Manuel Bartlett. Es tan inexplicable el enriquecimiento del ex político priísta, como inexplicable la defensa que hace el presidente Andrés Manuel López Obrador para su empleado.
Resulta absolutamente paradójico que un gobierno que tiene como bandera el combate a la corrupción defienda a un personaje como Bartlett, el mismo a quien se le atribuye la caída del sistema de 1988, cuando era el Secretario de Gobernación en el sexenio de Miguel de la Madrid. Caída del sistema que concluyó con la victoria de Carlos Salinas de Gortari sobre Cuauhtémoc Cárdenas.
Ese mismo político que fue Secretario de Educación con Carlos Salinas y Secretario General del Partido Revolucionario Institucional años antes, a él defiende el gobierno de AMLO. Si la defensa que se hace a este político es por alguna deuda que se le tenga, es muy malo, pero si la defensa se hace sólo por el argumento de que en el gobierno de López Obrador no hay corrupción, es peor.
El apoyo que le otorga el gobierno, encabezado por el mandatario, a Bartlett ha provocado que el funcionario se burle sobre lo que se le acusa, es tal el respaldo que siente por parte de su jefe, que es capaz de decir “Chu-chu-chu” cuando se le cuestiona por sus casas y empresas. En otro momento sería inconcebible.
López Obrador prometió combatir a la corrupción, no sólo eso, aseguró que de ninguna manera iba a permitir que en su gobierno hubiera algún funcionario involucrado en esos temas. Hoy, vemos que no sólo las cosas no cambiaron, sino que los funcionarios tienen permiso para serlo, pues parece que mientras sea en la Cuarta Transformación, no habrá funcionarios corruptos, por una simple razón, porque lo dice el Presidente.
No queda más que acostumbrarnos a las evasivas, pues cada vez más veremos respuestas como la de Manuel Bartlett. Vivimos entonces bajo la política de un gobierno que apoya a un funcionario a quien podemos llamar Lord Chu-chu-chu.
Últimas palabras.
En otra joya de los funcionarios federales, le tocó el turno al Secretario de Salud, Jorge Alcocer, quien dijo que a él no le pregunten por las cifras del sector, porque él no es financiero. Entonces tengamos fe, no hay de otra.