El viernes 22 de noviembre del presente año fue aprobado por la Cámara de Diputados, con 321 votos a favor y 78 en contra, el Presupuesto de Egresos de la Federación para el ejercicio fiscal de 2020 por una cantidad de seis billones 107 mil 732.4 millones de pesos.
Quiero destacar que este presupuesto tiene como prioridades los distintos programas sociales que el Ejecutivo federal y sus secretarías tienen a cargo y que la manera en que fue distribuido tiene como finalidad brindar atención a las desigualdades económicas, sociales y regionales que siguen existiendo en nuestro país, particularmente a los trabajadores del campo, adultos mayores, personas con discapacidad, sectores indígenas, así como el sector salud.
Dicho presupuesto de egresos ha generado opiniones tanto a favor como en contra, puesto que existen sectores de nuestro país “beneficiados” y otros “castigados”; sin embargo, considero que los programas sociales son parte fundamental del gobierno federal y en éstos está basada la mayor parte de su política social, por lo que si tomamos en cuenta que dichos programas van encaminados a los sectores de la población con un rezago profundo, estoy cierta que traerá muchos beneficios en su favor.
En este sentido, estimo que es adecuado este presupuesto, ya que privilegia los sectores más desfavorecidos de la sociedad, de ahí que en la medida que se apliquen con responsabilidad los recursos destinados y sin otro fin más que el mejoramiento de las condiciones sociales, estoy convencida de que darán los resultados propuestos.
Finalmente, destaco que el propio Fondo de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) ha señalado que los programas sociales en los países en donde se han implementado son una herramienta fundamental en la lucha contra el hambre y la pobreza.