La 4T, en deuda con el medio ambiente

El mundo vive una verdadera emergencia ambiental: el cambio climático. Cuyos efectos veíamos muy lejanos, hoy se han convertido en una realidad que no podemos seguir evadiendo. México no es la excepción y hay alarmantes señales del impacto de este fenómeno: el aumento de la desertificación, principalmente, al norte del país. En los últimos años se ha incrementado cuatro grados la temperatura en la Ciudad de México dando paso a veranos mucho más cálidos.

Desde Chiapas hasta Chihuahua, las tormentas se han intensificado; cada año perdemos un promedio de 200 mil hectáreas de bosques y los glaciares más importantes han disminuido su extensión.

La emergencia es tal que las naciones del mundo pusieron manos a la obra y, en 2015, 96 naciones y la Unión Europea firmaron el Acuerdo de París, un texto que establece medidas dirigidas a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero a través de la mitigación, adaptación y resiliencia de los ecosistemas para minimizar el calentamiento global.

Lamentablemente, Estados Unidos salió del acuerdo tras el inicio de la administración de Donald Trump, quien afirma que el calentamiento global es un mito.

Lo grave es que ese país es el responsable de 13% de las emisiones a nivel global, por lo que su participación era fundamental para lograr un verdadero impacto.

Para dar seguimiento al cumplimiento de este tratado multilateral, se celebró en Madrid del 3 al 15 de diciembre la 25 Conferencia de las Partes (COP25), una reunión de alto nivel que originalmente sería celebrada en Brasil, pero a finales de 2018 Jair Bolsonaro renunció a organizar el evento por sus posturas contrarias al medio ambiente, argumentando que era muy costoso para su país.

Pero los escépticos a combatir el cambio climático no están muy lejos de casa, porque en Palacio Nacional despacha uno de ellos. Recordemos que el actual presidente de México se ha mostrado como un férreo defensor de un modelo de desarrollo agresivo con el medio ambiente. En campaña, López Obrador arremetió contra los “ventiladores” generadores de energía eólica.

PUBLICIDAD

Aunque el tabasqueño asegura que ya no se cometen “atrocidades” contra la madre naturaleza en México, la realidad es muy diferente. Basta con observar que en los discursos de sus “informes” a la nación (el 1 de julio, el 1 de septiembre y el 1 de diciembre) no hizo una sola mención al tema ambiental. De hecho, encontró en la agenda verde el chivo expiatorio para su pésima política económica al afirmar que, si lo quisiera, el país crecería a un 6% anual, pero es necesario cuidar el territorio mexicano.

En la realidad, su gobierno no ha tomado decisiones para beneficiar al medio ambiente. Recordemos que, en su afán de recortar recursos, se disminuyó el presupuesto de la Comisión Nacional Forestal dejando a ese organismo sin herramientas para combatir la temporada de incendios en 20 estados durante el mes de mayo. El Tren Maya, una de sus obras de infraestructura estrella, involucra ocho áreas naturales protegidas y pondría en peligro a más de dos mil jaguares en la península de Yucatán.

En vez de impulsar una transición energética, como lo hacen países como China, el país más contaminante del mundo, que está en proceso de migración hacia las energías renovables, López impulsa que sean los hidrocarburos la base del consumo de energía en México. Prueba de ello es la construcción de la Refinería de Dos Bocas, que en sí misma impactará negativamente al medio ambiente.

En 2020 entra en vigor el Acuerdo de París y el gobierno mexicano deberá presentar sus planes de acción climática para reducir las emisiones a fin de mantener el calentamiento global por debajo de los dos grados centígrados para 2030, para lo que será necesario que cada nación reduzca un 7.6% las emisiones y, por ende, el consumo de combustibles fósiles, cada año.

Sin embargo, pese a que en 2015 se aprobó una Ley de Transición Energética en México que permitió las licitaciones para construir plantas de generación de energías limpias como la solar y la eólica, el gobierno de López canceló las obras y se ha concentrado en relanzar la producción de petróleo invirtiendo grandes cantidades en la exploración y explotación de hidrocarburos en aguas profundas del Golfo de México. De esta manera, será muy difícil para nuestro país cumplir sus compromisos internacionales, lo que pone en riesgo a la nación entera.

Mientras el gobierno federal no comprenda que los beneficios del desarrollo sustentable superan, con creces, la inversión que implica, se está poniendo en riesgo el futuro ambiental de nuestro país. El tiempo no juega a nuestro favor, y si no se actúa hoy, mañana podría ser demasiado tarde. Al tiempo…

* Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las escribe y firma, y no representan el punto de vista de Publimetro.

Tags

Lo Último