El ex secretario de Hacienda del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, Carlos Urzúa, fue sumamente preciso al referirse al recién creado Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi). “…políticas públicas nacidas del mero voluntarismo, el diseño del Insabi carece de debido sustento normativo, financiero y operativo”, esto en su artículo escrito para El Universal el pasado 13 de enero.
El gobierno del presidente López Obrador se encuentra en una nueva crisis, en está ocasión tiene que ver con el sistema de salud. La desaparición del Seguro Popular para darle entrada al Insabi se realizó de manera atropellada. Hoy sabemos que no hay reglas de operación y no se contemplaron recursos en el Presupuesto de Egresos de la Federación.
Un grupo de gobernadores de oposición han manifestado su preocupación por la falta de claridad en la operación del nuevo Instituto, han señalado su desacuerdo para ceder los hospitales estatales al Gobierno Federal, hospitales que en muchos casos han sido mucho más eficientes que los que opera la federación.
Martín Orozco, Gobernador de Aguascalientes, señaló que se firmaría un convenio de no adhesión, pero que sí habría un trabajo coordinado para mejorar el servicio de salud. La no adhesión significa no dejar el sector salud en manos del gobierno federal, “no federalizar el sector salud y eso es una propuesta de ellos mismos”.
Varios exsecretarios de Salud manifestaron su preocupación por la desaparición del Seguro Popular. En una misiva firmada por Salomón Chertorivski y José Ángel Córdova Villalobos, secretarios de Salud durante el sexenio de Felipe Calderón (2006-2012); Guillermo Soberón Acevedo, secretario de Salud durante el gobierno de Miguel de la Madrid (1982-1988); Julio Frenk Mora, titular de la secretaría con Vicente Fox Quesada (2000-2006), así como por Mercedes Juan López y José Narro Robles, titulares en el periodo de Enrique Peña Nieto (2012 y 2018), señalaron que el Seguro Popular era uno de los avances institucionales más importantes del sistema de salud y su mejora no requería ningún viraje repentino sino de políticas de Estado.
La preocupación principal radica en el servicio que se le otorgará a todos los mexicanos que no cuenten con seguridad social. Hemos visto en las últimas semanas las quejas de varios pacientes que no los han atendido o les cobran cifras extremadamente altas respecto al pasado.
El mandatario tiene que tener la capacidad de comprender que no todo lo que se realizó en el pasado estaba mal. Es un hecho que el Seguro Popular se podía perfeccionar, sin embargo, desaparecerlo fue un error. La salud debería ser lo primero en México, sin embargo hoy, han dejado desamparados a millones de mexicanos.