Más que nunca, hoy todos tenemos el deber de ser solidarios y apoyar desde nuestra trinchera para salir de la pandemia y de la crisis económica que, azota con fuerza los muros de las finanzas nacionales. Pues, ya queda claro que el gobierno no tiene, ni tendrá, preparado una estrategia para proteger al trabajador y a las mini, micro y pequeñas industrias de nuestro país.
Lo dejó claro el presidente el domingo pasado y lo ha venido afirmando cada mañana en sus conferencias. Su credo, acompañado de sus proyectos y visión, es lo único que le interesa y es, en su opinión, el único camino para México de superar la epidemia mundial.
Y mientras el primer mandatario de nuestro país se aferra con mayor ahínco a su demagogia para enfrentar el desastre económico, las MiPyMEs trazan cada vez más una marcada tendencia hacia la quiebra. Pues las sugerencias de rescatarlas con apoyos fiscales, programas para mantener un ingreso básico para empleados y aprobar atrasos en el pago de impuestos, fueron deliberadamente ignoradas.
No hay plan sanitario para contraatacar al Covid-19, ni para proteger los trabajos de millones de mexicanos, pues el gobierno federal fuerza a todas las compañías a realizar pagos que están imposibilitados a hacer, pues cerca del 95 por ciento de los trabajos en México vienen de las mini, micro, pequeñas y medianas empresas. Son las ferreterías, las tienditas de la esquina y los negocios de la colonia los que pagarán el alto costo de las falsas promesas de Andrés Manuel López Obrador.
Esperábamos algo más contundente y menos retórico. No se dijo nada de las necesidades de la población, ni se presentó el inicio de una logística para organizar a la sociedad mexicana frente a la contingencia más grande de nuestro tiempo. El presidente desperdició la oportunidad para llamar a la unidad con una estrategia a favor de México y prefirió fundirse entre sus logros en su informe trimestral de gobierno.
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Tampoco escuchó las peticiones de las cámaras que representan a los empresarios como el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), la Cámara de la Industria de Transformación (Caintra) o la Confederación de Cámaras Industriales en la República Mexicana (Concamin), quienes solicitaban que las compensaciones universales fueran una realidad, además que la devolución fuera rápida.
Es así como el presidente sigue ignorando diversas opiniones, afianzando una obvia tendencia para el desempleo que en 24 días, desde que llegó el coronavirus a México, borró los trabajos de 347 mil personas. Y con estos datos presentados por la secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde, se confirma la dinámica que podría seguir las empresas mexicanos en las próximas semanas.
Por eso, frente a una pandemia, una crisis económica y un gobierno casado con su demagogia es necesaria una solidaridad con propuesta. En Guadalupe, Nuevo León buscamos establecer un subsidio para el pago de las cuotas obrero-patronales del IMSS, del INFONAVIT, además para el pago de créditos hipotecarios de trabajadores que perdieron sus empleo, así como en el alquiler de locales para las MiPyMeS.
También impulsamos una propuesta de apoyo inmediato a micro, pequeñas y mediana empresas, a través de créditos y financiamientos pagaderos a dos años con el compromiso de no realizar despidos. Además de impulsar a las empresas con microcréditos al sector de autoempleo formal e informal.
Son con acciones concretas como mantendremos vivos los trabajos que mañana necesitaremos para reconstruir a México de la batalla entre la demagogia y el Covid-19.