No debemos bajar la guardia ante el coronavirus

Hay una gran necesidad de reactivar el país. No es fortuita. Si la vemos lejos del privilegio desde donde hay quienes podemos quedarnos en casa, nos daremos cuenta que la realidad rebasa. Tan grave no tener un sistema público de salud fuerte que tenga la capacidad de atender a los casos que más lo necesitan, como una economía que entre la recesión global y decisiones erráticas está “ahorcando” a más de una familia.

En ese sentido, “levantar” la cuarentena sirve para dejar de tener una presión social de percepción de que salir a la calle está mal. En un país con profundas desigualdades, no todos pueden tomar tales decisiones personales. Tendremos que adaptarnos porque no tenemos las condiciones para que todo mundo lo haga.

No obstante, eso no quiere decir que seamos permisivos y relajemos las medidas de quedarse en casa -si es que es posible- o de distancia social. Tenemos que estar conscientes que no debemos bajar la guardia cuando los contagios no han parado, no contamos con pruebas y no hay suficientes respiradores ni camas de hospital.

Por lo mismo, se deben tomar las precauciones necesarias e internar hacer un uso razonable de los espacios como para no saturarlos o de respetar los protocolos que estén indicados para cada lugar.

De esa manera, me parece apresurado que el Presidente reinicie sus actividades. Sin embargo, por otro lado, es el Presidente y debe hacer lo que considere necesario para su responsabilidad. En esto último debemos pensar porque si nosotros no lo somos, lo mejor será no tomarlo como ejemplo y más bien seguir las recomendaciones de las autoridades de salud locales que son quienes pueden tener una radiografía aproximada de las condiciones para hacer o no determinadas actividades.

Porque a mí lo que más me preocupa es que la gente piense que porque el Presidente lo hace entonces todo mundo puede hacerlo. Hay que mantenerse informado e intentar con empatía pararse en la realidad personal y la de las y los demás. Que tenemos el reto más difícil que le pudo pasar a este país en tiempos de crisis globales: encontrar un punto medio entre su salud y economía para no fracasar en ninguna de las dos encomiendas.

* Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las escribe y firma, y no representan el punto de vista de Publimetro.

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