El sistema educativo, otra víctima de la pandemia

 

Estamos ante tiempos convulsos en los que la pandemia de COVID-19 está afectando muchos aspectos de nuestra vida, incluyendo a aquellos que golpean a los más sensibles de nuestra sociedad: los estudiantes. La importancia de mantener la distancia social para evitar la propagación del coronavirus, empujó a las autoridades de todo el mundo a cerrar las escuelas. Si bien el gobierno mexicano actuó tarde y decretó el fin de actividades el 20 de marzo, las escuelas privadas lo hicieron una semana antes, incluso la mayoría de los alumnos del sistema público dejaron de asistir antes de la instrucción oficial por miedo a los contagios.

Se esperaba regresar a clases a finales de abril, pero el crecimiento exponencial de contagios ha eliminado toda esperanza de reabrir las escuelas públicas y privadas nivel nacional en un corto plazo, pero la suspensión indefinida de labores escolares empieza a afectar seriamente a las escuelas, principalmente a las privadas. Según datos de la Asociación Nacional de Escuelas Particulares, tres de cada 10 alumnos no se han reinscrito al nuevo ciclo escolar; a nivel superior la situación es más grave, pues el 40% de los estudiantes no se han reinscrito para continuar sus estudios.

En primer lugar, la deserción de estudiantes en escuelas privadas representa un duro golpe contra ese sector que podría traducirse en el cierre de entre el 20% y 25% de las 47 mil escuelas particulares, afectando a un millón 960 mil alumnos y más de 194 mil docentes que se quedarían sin trabajo; lo anterior profundizaría la situación que México experimenta desde el año pasado, recordemos que datos del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI) señalan que en 2019, el desempleo se incrementó un 3.6% y por la pandemia más de 12 millones de mexicanos perdieron su fuente de ingresos.

Por otra parte, los padres que han decidido no seguir pagando las colegiaturas de sus hijos en escuelas privadas optarán por buscarles un lugar en las escuelas públicas, lo que representará un gran número de nuevos estudiantes a aulas que ya están rebasadas. Según el Informe “Panorama de la Educación”, cada profesor de escuela pública atiende a 30 estudiantes, mientras que el promedio de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), es de 21 alumnos por clase. Esto significa que, cuando las clases presenciales se reanuden, nos encontraremos con escuelas sobrepobladas lo que provocará que el ciclo escolar sea poco pedagógico mermando la calidad de la educación.

Sin embargo, la situación se complica con los estudiantes de educación media superior o superior, pues las escuelas públicas piden a los aspirantes realizar un examen de admisión para obtener un lugar en sus aulas; si los alumnos de escuelas privadas no pueden seguir pagando sus colegiaturas no podrían ni siquiera ingresar a las escuelas públicas y se verán obligados a dejar sus estudios.

En ese sentido, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) prevé que, en México, la emergencia sanitaria provocará que 800 mil estudiantes que se encuentran en el tránsito de la secundaria a la preparatoria dejen de estudiar, esta cifra representa el 15.5%; por su parte, esa organización internacional estima que 593 mil abandonarán sus estudios universitarios y más de 38 mil de posgrado. En suma, la afectación sería tal que 1.4 millones de alumnos mexicanos dejarán la escuela.

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El nivel de deserción escolar en nuestro país de por sí ya es alto, según los últimos datos del extinto Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), el 14.4% de los estudiantes abandonan la escuela cada año; hoy sabemos que la deserción y la lenta recuperación del aprendizaje, provocada por los meses de suspensión de labores y la falta de una infraestructura digital para clases en línea, serán un efecto inesperado de la pandemia. El impacto será terrible; en 2021, el PNUD estimó que el promedio de años de estudio de los mexicanos alcanzaría 13.6, pero este oscuro panorama podría implicar un retroceso de todo lo avanzado en los últimos seis años.

Es momento de invertir en la educación y de hacer una convocatoria amplia para que el sistema educativo no se convierta en una víctima más de la pandemia, porque si el país no invierte en sus estudiantes, no está sembrando en el futuro. Es tiempo de otorgar a las escuelas privadas apoyos para darle un respiro a miles de profesores que hoy están en incertidumbre, pero también se deben reforzar los recursos en el sector público y que todo lo trabajado hasta hoy no se pierda. Es hora de poner manos a la obra y demostrar que #SíHayDeOtra. Al tiempo…

* Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las escribe y firma, y no representan el punto de vista de Publimetro.

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