¿Se siente abatido, desafortunado? ¿Se dice a sí mismo o misma que es un fracaso, que nada se le da, que no logra uno solo de sus deseos, o que todo parece adverso para usted? Probablemente le suenen familiares todas estas sentencias que, como un disco rayado, se repiten en su cabeza y en su sistema de creencias.
Lo preocupante de esto es que en tanto usted siga reproduciendo estas opiniones, generalmente adoptadas y adaptadas del medio en el que usted creció, se reduce enormemente el espacio para crear otras realidades. Desde la dimensión de la geometría sagrada, el amor es sinónimo de la ley de la gravedad y del magnetismo, lo que quiere decir que entre menos amor, menos capacidad de atraer aquello que en verdad deseamos.
Todas las creencias negativas sobre usted mismo y sobre la realidad que le rodea, son como bloques que colapsan que el amor, que siempre está ahí, pueda hacerse evidente para usted y, por lo tanto, su canal de manifestación –literalmente- se osbtruye como se tapa una cañería. Si se siente de esta manera, hay una vía muy eficaz, casi como fórmula mágica, para emerger desde lo que podría considerarse un infierno personal: el servicio desinteresado.
Alguna vez escuché decir a alguien: “¡pero si con mis problemas tengo suficiente! Qué voy a ir a hacer a un lugar que me va a deprimir más de lo que ya estoy, y cómo puedo dar si no tengo nada”. Aunque usted no lo crea, a decir del Dr. Joseph Levry, en el plano material, Dios se manifiesta a través del dar.
Por lo tanto, es muy sanador ser generosos como Dios y dar hasta que nuestro amor, o dar sin esperar, comience a regresar a nosotros, pues esto está alineado a la Ley del Retorno que devuelve multiplicado por diez veces aquello que damos. Bajo esta Ley, entonces amplificamos también por diez el campo magnético que nos rodea, y así este se alinea a un campo mayor: el campo de la Creación, que le dará el poder suficiente para, entonces sí, comenzar a materializar sus ideales.
El acto consciente de dar abona a la buena salud y a quemar muchísimo karma, o los adeudos que hayamos generado en el pasado. Esto resulta tan poderoso, que se superpone, incluso, a lo que esté marcado en nuestra carta astrológica. Por otro lado, conocer y visitar lugares que brindan ayuda de cualquier tipo, nos ofrece un parámetro que refresca nuestra valoración de aquello que tenemos, ¡y de lo que no tenemos!
Con esto es posible darnos cuenta, por si no lo habíamos hecho, de lo tremendamente afortunados que somos a pesar de todos nuestros problemas. En mi caso, tengo la enorme bienaventuranza de tener cerca a un Ser, mi amado hermano, que desde su férrea voluntad en silla de ruedas y requiriendo de ayuda física para lo elemental, me ha enseñado que no podemos, ¡y no debemos! ahogarnos en un vaso con agua, y que lo que creía que era un obstáculo, es, por el contrario, un lujo.
Tener muchos problemas emocionales o de salud, en las finanzas, o relaciones, es la señal perfecta que nos indica que debemos comenzar a dar, a servir a una causa mayor, a ofrecer lo que sabemos hacer para beneficio de los demás y hacerlo sin la expectativa de obtener algo a cambio, pues, en este estado, la generosidad a la que estamos apelando, es inmensamente mayor a lo que alcanzamos a imaginar que es posible para nuestro destino. Cuando des, te será dado, y esa es la Ley.