Opinión

¿Ya no puedo más?

Foto: Pixabay

¿Recuerdas ese momento en el gimnasio cuando sientes que ya no puedes más? ¿Ese instante en donde se te pone la piel de gallina y te duele hasta el alma, pero que sabes que tienes que continuar y dar el último jalón para conseguir tu meta? Bueno, pues algo así está pasando para todos en estos tiempos que son tan complicados. ¡Sí! No sólo parecen, sino que lo son.

Pero la buena noticia es que, si en algún momento te sentiste solo o sola en tu caminar, ahora la vida nos está apretando un poco en conjunto para que aprendamos o recordemos cómo tomar conciencia más o menos al mismo ritmo. Así que ¡empuja!, ahora más que antes, ahora más que nunca ¡no desistas! No dejes de dar el último estirón, es decir, antes de que sepamos para qué es todo esto.

Ahora es justo el tiempo en donde se requiere que demuestres quién eres, de qué está hecho tu espíritu, y apliques todas las enseñanzas que hayas podido tener a lo largo de tu vida que te hacen una mejor persona. Y si crees que te falta aprender, estudiar, ¡aplícate ya! No hay mucho más tiempo para preparaciones previas, pues, como es claro, la madera de tu fuerza tiene que demostrarse en crisis como esta.

Comprende algo muy importante: cuando el viento está en contra, es el momento menos indicado para rendirse, para dejar de remar. ¡A veces, de esto depende incluso hasta la propia supervivencia! Si aún no tienes muy claro qué quieres de la vida, para qué quieres estar vivo, salvarte o salvar a otros, ¡es el tiempo más propicio para preguntártelo!

Porque es precisamente cuando vemos que el borde del abismo está cerca, que despertamos a eso que está llamándonos desde hace tanto y que no nos atrevemos a hacer, o que pensamos que llegará algún día en el futuro, sin que le dediquemos aunque sea unos minutos al día para conseguirlo. Si te fuera revelado el tiempo que te resta en esta escuela llamada Tierra, ¿cómo lo ocuparías? ¿cuáles son esos sentimientos no expresados? ¿cuáles son los pendientes de tu vida que están a tu alcance?

No se tiene que tratar sólo de obtener cosas materiales, sino que también puede tratarse de perdonar a alguien que amas, o de pedirle perdón, tal vez necesites perdonarte a ti; o tal vez lo que realmente quieres y requieres ¡sea un viaje! Darte tiempo, espacio, estar contigo, tomarte un respiro. O a lo mejor sea algo tan simple y sencillo como comenzar un libro que nunca te has animado a leer, o cambiar un hábito no tan bueno, por otro que te beneficie.

Tal vez lo que requieras sea un cambio en tu estilo de vestir, un cambio de peinado, hacer dieta o ir al dentista. ¡Puede ser cualquier cosa! Lo más importante es que escuches a tu Ser para que sepas qué es lo que realmente requieres y eso te emocione lo suficiente como para seguir “remando” o caminando y que tomes acción a pesar de que todo parece tener encima nubarrones negros.

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Pero por favor ¡no tires la toalla!, o al menos no por las razones equivocadas. Es muy válido y además super necesario que, si necesitas llorar, llores, te desahogues, lidies con la tristeza mientras se sana la herida, pero que tengas muy claras tus metas a corto, mediano y largo plazo, y que comiences reescribiendo tus objetivos, que quiere decir que te subas a la escalera para ver desde arriba la corriente y saber qué dirección tomarás.

No importa que no tengas tan definido el cómo, o el con qué, pero el hecho de que veas que la tierra firme está próxima te motivará como no te imaginas para que tu barca no se hunda, porque además tienes ahora más experiencia y sabiduría con todo lo vivido. Así que sigue, continúa, no hay mal que dure cien años y muy pronto verás llegar la calma después de la tormenta.

Como siempre lo he dicho, te aseguro que serán los mejores tiempos por venir para ti. Por favor confía y no te rindas, ¡por favor no dejes de remar! Y no te sientas solo, porque todos vamos juntos.

* Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las escribe y firma, y no representan el punto de vista de Publimetro.

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