No podemos entender un 8 de marzo sin reconocer la labor, el esfuerzo y el compromiso de todas aquellas mujeres que darían la vida por protegernos. En esta ocasión no me refiero a las madres, que sin duda hacen mucho en materia de cuidado y de atención, sino a las otras “jefas”: las mujeres policía.
Tampoco podemos conmemorar el Día Internacional de la Mujer sin visibilizar las situaciones que vulneran y ponen en riesgo su integridad diaria, dentro y fuera de la corporación policial: la violencia, el machismo y la falta de respeto de algunas y algunos ciudadanos, que afortunadamente no son la mayoría. Nuestro admiración a todas ellas, que se la rifan día a día.
Este viernes, la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, junto con el titular de la Policía, Omar García Harfuch; la Fiscal Ernestina Godoy, el coordinador del Gabinete de Seguridad y Justicia, Tomás Pliego; la secretaria de las Mujeres, Ingrid Gómez, y la directora de la Policía Femenil, Itzania Otero, entregó mil 571 ascensos a oficiales que de verdad mostraron una actitud valerosa día a día.
Es un momento histórico. Nunca antes se había reivindicado la labor policial de tal manera. Sheinbaum, durante su discurso, reconoció las condiciones en las que se recibió a la Policía, pero, añadió se está construyendo una ciudad segura para las mujeres, incluyendo a aquéllas que se encargan de realizar esa labor de protección y vigilancia.
La designación de Marcela Figueroa Franco como subsecretaria de Desarrollo Policial evidencia también el reconocimiento a una mujer que sabe de la Policía y de cómo formar una corporación sensible con las necesidades ciudadanas.
Además, es fundamental que todas y todos hagamos un esfuerzo por cambiar la forma en que vemos a las mujeres policías. Son verdaderas heroínas que han salido a trabajar cada día, aún con el riesgo que amerita para ellas y su familia, durante la pandemia.
No las señalemos como violentas o como autoritarias. Reivindiquemos las imágenes donde abrazan, escuchan, protegen a quienes se acercan a ellas. Son compañeras de lucha feminista, y servidoras que se encargan de vigilar su integridad también.
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Cada día en el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia trabajamos para contribuir a dignificar su trabajo. Sabemos que ellas están preocupadas por dejar de vivir acoso o abuso por parte de sus mandos.
Por ello, creamos la Comisión Ciudadana Contra la Violencia a Mujeres Policías, donde recibimos sus reportes confidenciales en la Línea de Seguridad y Chat de Confianza 55 5533-5533, les damos atención jurídica y psicológica gratuita y seguimiento hasta que ellas se sientan seguras.
Ellas entregan mucho tiempo y se arriesgan por cuidarnos. Devolvamos ese favor con respeto, con gratitud y apoyo. Tanto ciudadanos como autoridades estamos para ellas y este 8 de marzo les decimos: no están solas, hay una sociedad que las acompaña.