El 1 de diciembre de 2018, cuando tomó posesión el Presidente de la República, inició una nueva época en la comunicación entre gobernantes y gobernados.
Se trata de un ejercicio inédito en el país en el mundo en el que un primer mandatario de manera diaria informe directamente y en persona sobre el quehacer público. Es un esfuerzo extraordinario el que significa que, al día de hoy, en más de 630 ocasiones el Licenciado López Obrador se ha presentado a comparecer ante los medios informativos.
Todas las mañanas, las y los informadores tanto de medios escritos, de radio y TV, así como los digitales y de redes sociales están al pendiente de lo que cada día el Jefe del Ejecutivo y su equipo de trabajo tienen que comunicar a la ciudadanía.
Como nunca antes, sin discursos preconstruidos o elaborados especialmente para la ocasión, el Presidente responde a las inquietudes sociales, así como se proporciona información precisa de la forma en que está trabajando el gobierno. Sin duda, las conferencias matutinas han servido para que la población conozca de primera mano lo que su gobierno está haciendo.
A algunos críticos o actores políticos opositores pareciera incomodarles esta novedosa forma de comunicación directa, sin embargo debe reconocerse que su uso ha permitido que el presidente goce de altos niveles de aceptación, pero la más importante es que ese mecanismo ha acercado al gobierno con las y los ciudadanos.
La comunicación estrecha y abierta brinda la oportunidad para que con una libertad nunca vista los representantes de los medios puedan ejercer su profesión a plenitud. Todo ello se traduce en una sociedad mejor informada y por supuesto en una herramienta fundamental para fortalecer nuestra democracia.