Entre los años 2010 y 2012 el mundo árabe se convulsionó política y socialmente, grandes manifestaciones, revueltas e insurrecciones se presentaron primero en Túnez y luego en Egipto, Libia, Siria, Yemen, Líbano, Argelia y Jordania, en estos países hubo caída de gobernantes y cambio de gobiernos. En todos hubo ajustes para revisar las condiciones en que vivían grandes sectores de la sociedad inconformes con sus políticos. A estos acontecimientos se les conoció mundialmente como la “Primavera Árabe”.
En estos últimos tiempos de este lado del mundo estamos viendo conflictos sociales originados por la inconformidad de diversos grupos con sus gobiernos y con las propuestas impopulares que pretenden implementar; aumento de tarifas, inseguridad pública, nuevos impuestos, falta bienes y de apoyo para paliar las consecuencias de la pandemia, en Chile el año pasado hubo grandes manifestaciones que originaron un acuerdo en el que el gobierno, se comprometió a convocar un congreso constituyente que redactaría una nueva constitución, misma que será elaborada principalmente por candidatos independientes.
En Colombia desde hace un par de meses igual se han presentado manifestaciones de inconformidad en contra del presidente Iván Duque que a pesar de haber retirado la propuesta fiscal las inconformidades siguen, el próximo 20 de julio está convocada una gran marcha de sindicatos, estudiantes y sociedad civil en contra del gobierno. El clima se ve tenso ya que se espera una repuesta violenta de las fuerzas públicas.
En estos días en Haití un comando asesinó en su residencia al presidente legítimamente electo, Jovenal Möise, lo que ha originado diversas protestas y un ambiente de ingobernabilidad; en Cuba vemos que en las principales ciudades miles de ciudadanos han salido a las calles para repudiar a sus gobernantes y exigir un alto al deterioro de sus precarias condiciones de vida, falta de medicinas y alimentos; en Brasil y Venezuela crece la inconformidad en contra de sus gobiernos y en Honduras finalmente su presidente está siendo acusado en Estados Unidos por supuesto narcotráfico. ¿Estamos ante la presencia del Verano Latinoamericano?
No parece haber un hilo conductor de todos estos acontecimientos en nuestro continente, pero tampoco podemos decir que son coincidencias aisladas, recordemos la frase que dice que “en política las casualidades no existen”, desde luego la pandemia ha sido un detonador de muchas de estas inconformidades, pero al parecer hay algo más que desemboca en la desesperación de grupos sociales que no tienen esperanza ni una ruta de futuro y existe tanto en gobiernos de izquierda como de derecha. Los políticos no les están cumpliendo y responsabilizar al exterior ya no funciona.
En México los ciudadanos salieron a votar, confían en el sistema, pero no están tan lejos de sus vecinos inconformes. La sociedad necesita un factor de esperanza que algunos encuentran en el presidente, pero también de unidad que no se tiene; el cuidar la paz social es la mayor responsabilidad de los gobernantes. “Nadie sabe lo que tiene hasta que lo ve perdido”.