Nuria Diosdado, como toda sirena, necesita del agua para sentirse viva. La nadadora artística pasa la cuarentena en Guadalajara y, aunque ha aprovechado el tiempo para estar con su familia, siente la necesidad de estar en una alberca, la cual no tiene en casa, por lo que asiste con su vecina para nadar un poco. Situación similar por la que atraviesa el resto de la Selección mexicana de nado sincronizado, pues han comprado albercas inflables de todo tipo, que les permita, al menos, estar sumergidas.
En entrevista con Publisport, la atleta de 29 años de edad, contó sobre lo complejo que es para un deportista entrenar en casa, acción a la que han tenido que recurrir por la pandemia del coronavirus, la cual también ha postergado los Juegos Olímpicos, justa en donde Nuria ya tiene sellado su pase.
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¿Cómo te va en esta cuarentena?
Estoy en Guadalajara, que es mi ciudad natal, pero que desde hace 15 años no vivía aquí. Ahorita te puedo decir que me siento acoplada a este nuevo ritmo, a esta rutina, a esta dinámica que estoy teniendo en casa. Pero los primeros días fue muy complicado, todavía hay días en los que me desespero, me urge volver a entrenar, volver a estar cansada, por más que trato de entrenar en casa, nunca logro quemar la energía que quemo en un entrenamiento de seis u ocho horas normalmente.
¿Qué tan complicado es entrenar en casa cuando lo tuyo es estar dentro de una alberca?
Nos cambiaron la forma de preparación física. En la cuarentena entreno en la alberca de mi vecina. He tenido la oportunidad de nadar, pero es una alberca de un sólo carril, mi vecina no vive aquí, la casa está sola y somos como familia, es como si fuera mi tía. Voy y todos los días nado una hora, pero es pura natación, no es nado sincronizado, al final no me da la profundidad y no puedo hacer tantas cosas. Algo que era una necesidad mía era sumergirme, entonces eso es lo que más disfruto, todos los días hundirme y estar debajo del agua. Si no tengo ganas de nadar, al menos me meto para estar debajo del agua y yo creo que eso ha sido lo más difícil para todas las niñas del equipo, porque no todas tienen esta posibilidad. Todas han tratado de comprar una alberca, de las inflables, tienen de todos los tamaños y les sucede lo mismo, no es tanto la nadada, sino sentirse abajo del agua.

¿Qué significó para ti la postergación de los Juegos Olímpicos?
Una vez que empezó todo esto sí lo veía algo factible, pero pensé que tal vez dos o tres meses, para mí como que no era real que pudiera moverse un año. Una vez que ya nos llega el coronavirus, que ya lo vemos más palpable, las medidas que se tomaron, ahí como deportista analice, que si no estaba entrenando, lo que menos quería era llegar mal a unos Olímpicos. Claro que quería que se aplazaran, porque si te preparas tantos años para la justa lo que más quieres es que todos lleguemos en las mismas condiciones a competir, en tu mejor momento. Por más que me preparé para la noticia, el día que se oficializa para mí fue muy fuerte. De hecho estuve como dos tres horas que no quise hablar con nadie, incluso mi familia no me tocó el tema, necesitaba procesarlo conmigo, porque al final yo me manejo por metas y calendario, ese calendario se borró. El atleta debe lograr de nuevo la composición física, corporal y mental, porque prácticamente es volver desde un año atrás. Me estoy preparando mucho mentalmente.
¿Ustedes como atletas fueron notificados con anterioridad?
Yo me enteré como la mayoría, por internet. Directamente del Twitter de Tokio 2020. Cuando desperté tenía muchos mensajes, porque se dio la noticia en una hora muy temprano en México.
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¿Qué es lo más complicado que se vive dentro de tu deporte?
Es un deporte que para poder hacerlo necesitas aprender a hacer muchas otras disciplinas. Creo que el nado sincronizado es de las cosas más complejas, porque además de saber nadar muy bien, necesitamos bases de gimnasia, todas debemos saber hacer las acrobacias básicas, flexibilidad tipo gimnastas rítmicas. Además de todo eso, es la acrobacia dentro del agua, perderle el miedo. Tenemos base de ballet, de danza, ritmo, parte teatral, debemos saber interpretar el ritmo, manejar tu expresión corporal y física, entonces se vuelve un deporte muy entretenido, en el sentido que para hacerlo, necesitas ser una deportista muy completa.

¿En algún momento de tu carrera sufriste por falta de apoyo económico?
Creo que el nado sincronizado, lo que más necesitamos siempre es tener este fogueo y poder competir, es un deporte en donde si no estás presente en el mundo, en las competencias, pierdes lugares. No es algo de técnica ni de rutina, es una cuestión de posicionamiento. El año pasado nos afectó muchísimo no haber participado en las series mundiales, de nueve solo estuvimos en una, y luego nos fuimos al campeonato mundial y Panamericanos, entonces México traía un octavo lugar mundial y a la hora de llegar a la competencia, nuestros rivales directos que eran Francia y Grecia, ellos sí fueron a toda la serie mundial, y nos ganaron. De tener el octavo lugar, nos fuimos al décimo, sigue siendo un gran lugar. Entonces no es tanto lo económico, sino los presupuestos que se dan para cada deporte para poder viajar. Hay deportes que tienen la posibilidad de viajar mucho, de hacer campamentos fuera y no sé a qué se deba. Tal vez el posicionamiento, las medallas que se ganen.
¿Qué viene para Nuria Diosdado?
Viene un año que espero sea espectacular, los Juegos de Tokio van a ser unos olímpicos únicos, sobre todo por lo que estamos pasando. Si siempre se viven con mucha unión, creo que ahora va a ser todavía mayor. Para mí me espera un año de mucho entrenamiento, de mucha paciencia, de trabajar mucho en mí misma. Tendré un año más de preparación, por lo que tendré que llegar mejor. Espero cosas grandes en mi vida, si son mis últimos Juegos, los disfrutaré al máximo y poder cerrar una carrera de tantos años con un gran lugar para México.
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