¿Por qué la gente se esfuerza por no ser gorda hoy en día?

La obsesión por la delgadez y por acomodar el cuerpo a los cánones de la moda tiene una explicación histórica.

Muy a pesar de las campañas de inclusión en documentales, o la exhibición de modelos como Tara Lynn, o incluso, con la inclusión de tallas grandes en algunas marcas de moda rápida, los cánones de belleza actual- cuerpo ultradelgado- siguen imponiéndose. Hay que verlo en las prácticas cotidianas, como el bullying hecho a una famosa presentadora de televisión, las críticas hacia alguien como Lena Dunham, quien se muestra desnuda en su serie ‘Girls’, o los abusos que sufren estrellas como Gabourey Sidibe o Melissa McCarthy por su peso. Ni hablar del matoneo en los colegios.

¿De dónde surge esta  tiranía que vende de la ‘delgadez es salud’? Si bien la obesidad es un problema de salud pública a nivel mundial (2,6 millones de personas mueren por su causa cada año, según la OMS ), también es cierto que los cánones que la industria de la moda no colaboran en un mercado donde muchos van más allá de la talla 2. Si bien DNP, firma de investigación de mercado de Nueva York, registró el incremento más alto de tallas grandes, que van desde la 14 en adelante, como se vio en un post del blog  Yo, la más gorda de todas, los tallajes de algunas grandes marcas de fast fashion, en general, siguen definiendo la “normalidad” de las mujeres de una manera distorsionada, por ejemplo.

Esto sucedió con la línea plus de MNG el año pasado, al hacerse una petición en España para retirarla, ya que las tallas que vendía la marca no estaban acordes a la mujer española. “La talla media de la mujer española es la que la marca vendía como plus”, dijo la precursora de la iniciativa, Arantxa Calvera. En el caso de este país y de Argentina se dieron dos sendas leyes de talles que pretendían estandarizar, por parte de los confeccionistas, la talla media de las mujeres. En el país sudamericano, por lo menos, no ha dado resultado, al no acatarse esta regla.  Cabe aclarar que el trastorno dismórfico corporal es uno de los trastornos más comunes en la adolescencia, mercado clave -informa el portal Mujeres en Igualdad- de la industria .

¿El sistema de la moda en serie no se acerca a los parámetros de la mujer real, por más campañas que alaben su presencia? Tal vez no. Los talles son más pequeños de lo que ofrece el mercado para una mujer latina promedio. Es decir, son de una cifra, cuando por estadística estamos en países con mujeres con curvas y con sobrepeso y cuerpos que superan la medida de países europeos . Pero, para las mujeres que se salen de la media, es decir, las mujeres de talla 14 o más, vestirse es una odisea. ¿Por qué cambió todo de la noche a la mañana?

Cuerpos en serie

Antes de los años 40, los vestidos estaban hechos a la medida de los cuerpos de las mujeres, que obedecieron, por siglos, al estereotipo de robustez. Este daba poder simbólico: significaba prosperidad, riqueza y buena salud. Todo cambió cuando a finales de esa década , el prêt-á-porter llegó: es decir, la producción de la ropa a nivel industrial. Las tallas fueron estandarizadas, y ahora el cuerpo debía someterse a la ropa, no al revés.

Las tallas que se conocen a nivel mundial, acota Angélica Gallón, experta en moda, se estandarizaron del todo gracias al Departamento de Agricultura de Estados Unidos, que deseó implantar un uso más eficaz del algodón, y por eso estudiaron al cuerpo femenino para establecer tallas. Nunca hubo unas para quienes se saliesen de la norma. Y la norma era ajustarse a la talla, como antes lo fue el corsé. Nada más hay que comparar la publicidad de 1917, por ejemplo, con la de la posguerra: mientras en la primera la delgadez era un símbolo de enfermedad, para 1946 esta implicaba verdadera asociación con el movimiento como símbolo de elegancia. La mujer ociosa y opulenta de la ‘Belle Epoque’ era época del pasado, ahora la mujer activa era la que valía (vean ‘A League of Their Own’, por ejemplo). Por supuesto, esta debía ser atlética.

“Seguimos llevando un corsé por dentro”, afirmó la historiadora de moda Valerie Steele, al preguntársele por estas lógicas del cuerpo que imperan en la sociedad actual, y quien comparó con aquel aparato que deseó afinar la cintura de las mujeres por siglos para hacerlas objetos deseables con las disciplinas y torturas a los que la mujer se somete para verse delgada.

Miles de revistas siguen mostrando tratamientos sofisticados y trucos para esculpir los cuerpos y someterlos a una disciplina moral, acentuado sobre todo a través del amor por el fitness en los 80, con videos como el de Jane Fonda, por ejemplo. Si te cuidas te aman. Si te amas te aman. Si no obedeces a esto, estás fuera.

Por esta razón, las personas obesas en la cultura occidental,- sobre todo en las últimas décadas- han tenido siempre una connotación negativa y cómica. Antes podrían tener reprobación moral en términos religiosos, pero en una época donde cuidarse equivale a ser esbelto, es un reproche mayor. Ellos son los indisciplinados. Ellos son los graciosos. ¿Cuántos papeles para obesos, en televisión latinoamericana e internacional, se han salido del molde? Quizás el de Jorge García en ‘Lost’  y Melissa McCarthy, quien aun así respondía a ciertos estereotipos en su propia serie.

Tal vez la inclusión que se ha dado en los últimos años pueda traspasar las barreras de la cotidianidad. Pero por ahora, pueden responderse a la pregunta de por qué quieren ser delgados y tener un cuerpo ‘perfecto’ y sumamente estandarizado.

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