Aunque afirmó que se viven tiempos interesantes, el presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó que existe un buen debate político, a pesar de los insultos que recibe.
“Yo le agradezco a los opositores que nos quedemos en el plano del debate”, dijo AMLO, a lo que un asistente de la mañanera le reviró: “Pero ya no debaten, señor presidente, le llaman pendejo, ese no es un debate”.
López Obrador afirmó que no hay problema y añadió: “Yo tengo tranquila mi conciencia, ese es el tribunal que más me importa, el de mi conciencia. Entonces, el que insulta se degrada, pierde autoridad, es indignante eso”.
En su intervención, el presidente reafirmó su idea de que existen -cuando menos- dos grandes corrientes de pensamiento en México: el pensamiento liberal y el pensamiento conservador. “En México ahora se están expresando estas dos maneras de pensar. Ahora ya no hay esa simulación porque como se está llevando a cabo una transformación están quedando al descubierto las posturas, ya no hay término medio”
En cuanto a insultos que ha recibido, como ‘el loco de Macuspana’ o ‘el mesías tropical’, AMLO dijo que no le preocupan y recordó la lista de ofensas contra Miguel Hidalgo que recopiló el escritor Paco Ignacio Taibo II.
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Algunos de ellos fueron: Endurecida alma, escolástico sombrío, monstruo, taimado, corazón fementido, rencoroso, padres de gentes feroces, cura sila, entraña sin entrañas, villano, hipócrita, refinado, tirano de tu tierra, señor septembrizador, pachá máximo, lo-cura, imprudentísimo bachiller, caco, malo, malísimo, perversísimo, ignorantísimo bachiller Costilla, excelentísimo pícaro, homicida, execrable majadero, badulaque, borriquísimo, primogénito de Satanás, malditísimo ladrón, liberticida, insecto venenoso, energúmeno, archiloco americano. Y todavía le faltó más, dijo López Obrador.
Finalmente, el presidente señaló que también “hay que agradecer y hay que felicitarnos todos, porque estamos resolviendo nuestras diferencias de manera pacífica”. Dijo que las tres transformaciones anteriores se hicieron mediante las armas, y ahora “estamos llevando a cabo la Cuarta Transformación de la vida pública de México sin violencia, y es un cambio profundo, igual que el de la Independencia, igual que el de la Reforma, igual que el de la Revolución”.
