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Fue a través de una correo electrónico anónimo que las autoridades supieron con anticipación sobre la reunión que sostendrían en 2015 la actriz Kate del Castillo y Joaquín El Chapo Guzmán, así lo informó El País.
“El próximo 25 de septiembre del 2015 se reunirá con él en el poblado de la Tuna, en Badiraguato, Sinaloa. Solo necesitarán seguirla o intervenir sus teléfonos para que verifiquen lo que les estoy diciendo”, se leía en el correo que forma parte de la investigación contra la actriz a la que tuvo acceso el diario español.
El aviso fue recibido el 24 de septiembre de ese año, día en que oficialmente Del Castillo se convirtió en un objetivo de la entonces Procuraduría General de la República (PGR).
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El reportaje de El País detalla que durante 17 meses la PGR se valió de intervenciones telefónicas, policías de inteligencia, auditorías fiscales, entrevistas testimoniales y cooperación con la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) para vigilar a Kate del Castillo.
El objetivo de la indagatoria contra la actriz era ver si era posible procesarla por delincuencia organizada, operaciones con recursos de procedencia ilícita y encubrimiento, sin embargo, las pruebas obtenidas no dieron ese resultado.
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No hubo evidencias de que hubiera algún tipo de asociación entre ella y El Chapo, ni que hubiera dinero del Cártel de Sinaloa en su marca de tequila.
La advertencia en el correo electrónico resultó ser cierta, el 25 de septiembre de 2015 policías de la División de Inteligencia siguieron a la actriz a Guadalajara donde se reunió con los abogados del capo.
La vigilancia siguió los siguientes días hasta el 2 de octubre cuando Del Castillo volvió a viajar a Guadalajara acompañada de Sean Penn, rumbo a lo que sería su encuentro con Guzmán.
Esta no pudo ser intervenida ya que, como se relata en el texto publicado por Sean Penn para Rolling Stone, a la reunión llegaron después de un viaje en carretera y un vuelo en avioneta.
Según lo dicho por la PGR fue dicha reunión, a la que accedió El Chapo por sus intenciones de hacer una película autobiográfica, la que permitió su recaptura seis meses después.
Sin embargo, el reportero Alan Feuer del New York Times y quien cubre todo lo relacionado a Guzmán Loera, en encuentro con los actores fue más un obstáculo que una pista.
