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Estos presidentes de México han estado al borde de las lágrimas en sus discursos

Ya sea al recordar algunos momentos de su vida, informar sobre la muerte de colaboradores o pedir disculpas, algunos presidentes han llorado

AMLO, Calderón y López Portillo son algunos de los presidentes a los que las emociones los han puesto al borde del llanto Fotos: Gobierno de México y Cuartoscuro

Los presidentes son la figura de poder político más alta que existe en México, no en vano el lema del desaparecido Estado Mayor Presidencial (EMP) “Al presidente nadie lo toca”, por lo que es raro que se les haya visto expresar sus emociones en eventos públicos; sin embargo, esto ha ocurrido en algunas ocasiones.

El caso más reciente ocurrió la mañana de este martes, cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador se refirió a que desde hace 25 años él y su familia fueron victimas del espionaje por el gobierno federal, incluso lo comparó con la polémica por la casa en la que vivió su hijo José Ramón, durante su narración tuvo que hacer varias pausas para que su voz no se quebrara.

“Tengo la ventaja, si se puede decir así, de que hemos sido espiados durante muchos años, desde que mis hijos estaban pequeñitos. Bueno, cuando empezamos a ser oposición en Tabasco nos costó trabajo conseguir escuelas para que los inscribieran, ya se pueden imaginar las que hemos pasado.

“Ellos saben que desde niños hemos tenido carros de vigilancia en frente de nuestra casa, yo traía orden de aprehensión, me metieron todo el Código Penal, como 11 delitos, para obligarme a que me ampara o que me fugara, pasaron helicópteros encima de la casa.

“Me da mucho orgullo que resistan y se han portado bien, aunque saben de que una cosa es lo familiar y otra cosa es el servicio público. Mientras he sido dirigente, ellos no han ocupado un cargo, porque es el acuerdo que tenemos, lo sabemos muy bien. Y yo les pido que se sigan portando bien, como lo están haciendo”, dijo López Obrador.

¿Qué otros presidentes han estado al borde de las lágrimas?

Los accidentes aéreos tuvieron un singular impacto en el gobierno de Felipe Calderón, pues dos de sus secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño y José Francisco Blake Mora murieron de esta forma, el primero cuando el avión en el que viajaba de desplomó en la Ciudad de México, mientras que el segundo cuando su helicóptero cayó en una zona boscosa cuando se dirigía a Morelos.

Vestido con un traje negro, en señal de luto, el 4 de noviembre de 2008 Calderón hizo varias pausas en su discurso, en donde expresó varios halagos a Juan Camilo Mouriño, con quien dijo que compartió diversos ideales.

“Fue uno de mis más cercanos colaboradores y unos de mis mejores y más entrañables amigos, con su muerte México pierde a un gran mexicano, inteligente, leal, comprometido con sus ideales y el país, honesto y trabajador, un hombre cuyo talento permitió que México avanzará en las reformas implementadas y que hizo posible que el país avanzara en sus objetivos.

“Compartí a los largo de muchos años el ideal de un México mejor, donde brillara la justicia, la democracia, la libertad, la seguridad, el respeto de unos a otros, nunca dudamos en empeñar nuestras vidas para ver engrandecida a nuestra patria, su muerte me causa un gran pesar, pero al mismo tiempo es un motivo poderoso para pelear sin descanso por los ideales que compartimos”.

El 11 noviembre de 2011, cuando murió José Francisco Blake Mora, Calderón emitió un mensaje “con profunda pena, con muchísimo dolor” para informar sobre la muerte del entonces secretario de Gobernación y otras siete personas, además de hacer un repaso por su vida en Tijuana y su ingreso a las filas del PAN, también dijo unas emotivas palabras.

“Se desempeñó con entrega absoluta, generosa, constructiva y lealtad a toda prueba, lamento su partida, cuando su muerte fue confirmada giré instrucciones al gabinete y fui a su domicilio para darle la noticia a su familia; encargué un equipo con los mejores expertos para saber las causas del accidente, el helicóptero siempre estuvo resguardado en el hangar del EMP.

“México perdió a un gran patriota, el gobierno a un federal a un magnifico secretario de Gobernación y yo a un entrañable amigo, también falleció Felipe Zamora, subsecretario Jurídico, un joven y brillante abogado sinaloense a quien conocí desde que era un niño, luchador por los derechos humos y una hombre comprometido con México”.

Finalmente, José López Portillo en su informe de gobierno de 1982, cuando México enfrentó una de sus peores crisis económicas, el presidente se quebró en la tribuna e incluso golpeó el atril cuando entre las lágrimas le pidió perdón a los pobres por la difícil situación económica, al tiempo de anunciar la nacionalización de los bancos y establecer control en el tipo de cambio.

“Es ahora o nunca, ya nos saquearon, México no se ha acabado, no nos volverán a saquear. A los desposeídos y marginados, a los que hace seis años les pedí perdón que he venido arrastrando como responsabilidad personal, les digo que hice todo lo que pude”, expresó tras hacer una larga pausa para recuperar el aliento.

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