En lo que va de la administración se han decomisado siete mil 49 kilogramos de fentanilo, de los cuales, 221 fueron incautados en la primera quincena de mayo, informó este martes David Córdova Campos, comandante de la Guardia Nacional. Al respecto, el presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó que espera que China se sume a su estrategia para enfrentar esta crisis, como lo pidió el mes pasado en una carta enviada tras una reunión con legisladores republicanos de Estados Unidos.
Córdova Campos afirmó que también, durante la primera quincena del mes en curso, se decomisaron mil 287 kilógramos de metanfetaminas, sustancia de la que, en el presente año, se han asegurado 130 mil 549 kilógramos. En total, en la presente administración, se han decomisado un total de 286 mil 778 kilógramos.
También afirmó que, durante la actual administración, se han asegurado mil 614 laboratorios clandestinos, de los cuales, 19 se ubicaron como centros de confección de pastillas de fentanilo.
Cuestionado sobre si el Gobierno de México compartió estos resultados con China -país que respondió no tener comunicación oficial por parte de México respecto al fentanilo- , López Obrador respondió: “Se está viendo ya este asunto” y afirmó que Rafael Ojeda, secretario de Marina, es el responsable de atender ese tema con la embajada de China en México.
“Queremos establecer comunicación. Lo que nos importa, más que nada, es que se logre un acuerdo para intercambiar información, que no llegue fentanilo, que no lleguen químicos de los puertos de China a México y ellos pueden ayudarnos, y estoy seguro de que van a actuar de manera responsable y van a corresponder a la amistad y a la cooperación que tenemos”, añadió AMLO.
Para Daniel Lemus, profesor Investigador de la Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno del Tec de Monterrey, China no va a confrontar al gobierno de México y es probable que espere a que se “se enfríe” la tensión al respecto. Por otro lado, México tendrá que responder a la presión por parte de Estados Unidos al respecto.
“Respecto a la posible actitud del gobierno chino a las cartas que ha enviado el presidente de México, pues va a ser como muchas cosas se toman en China: simplemente dejar que el problema pase con el tiempo y no decir directamente, sino dejar que se enfríe la discusión de ese tema”, explicó Lemus en entrevista con Publimetro.
“El gobierno chino no cambiará si no hay, de por medio, algo que el gobierno mexicano pueda ofrecer. En México tenemos tantos problemas que, a veces, nos falta plantearnos ideas estratégicas en el largo plazo y creo que eso tampoco va a estar sobre la mesa”, añadió.
3 preguntas con
Daniel Lemus, profesor Investigador de la Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno del Tec de Monterrey.
¿Qué lectura tiene sobre la presión de AMLO a China por la crisis de fentanilo?
A mí me gustaría tomar la lectura desde una perspectiva más amplia, que considere los factores geopolíticos de la rivalidad entre China y Estados Unidos.
Evidentemente es un problema que va más allá de la capacidad del presidente López Obrador porque, nos guste o no, al final del día, la generación y la distribución de esta droga se está haciendo en México pero, como lo señaló el presidente López Obrador, los insumos vienen de China.
Pero ahora no está el contexto -como estuvo en otros años- de voluntad política, para que el gobierno chino haga más de lo que pueda hacer. Para que haya la posibilidad de que el gobierno chino tome más en serio las medidas para detener la producción ilícita de este tipo de sustancias químicas.
Se calcula por parte del Departamento de Estado de Estados Unidos que hay más de 31 mil laboratorios clandestinos en China, pero es curioso como China -de alguna manera- bloquea que estas sustancias vayan hacia países en el sudeste de Asia, donde hay una buena relación.
En cambio, pareciera que no hay el mismo interés de certificar todo aquello que se manda a México y van a parar a las redes del crimen organizado. Esa es la ventana de oportunidad que tiene el gobierno mexicano: ¿Cómo puede tratar de impulsar una mejor cooperación en intercambio de información que termine beneficiando también a México? Porque, evidentemente, estos negocios -de tan estratosféricas ganancias- terminan fortaleciendo al crimen organizado en nuestro propio país. No solamente es un problema de consumo de los Estados Unidos.
¿En esta ventana de oportunidad podría el gobierno mexicano apoyarse en Estados Unidos para que su mensaje tenga más atención?
No creo. Más bien, eso sería contraproducente, en el sentido de que México se vería más como un actor de los intereses de los Estados Unidos y no se presentaría tan neutral.
Tradicionalmente, en el mundo chino, se ha destacado la idea conocida como “salvar la cara”. Se utiliza mucho cuando, entre amigos o conocidos, se tratan de ayudar mutuamente con la intención de que uno de ellos no quede mal parado frente a un tercero.
Desde esta perspectiva México pudiera buscar, a través de las herramientas de política exterior, que el gobierno chino le “salvara la cara” en este problema en particular.
Pero, evidentemente, el gobierno chino esperaría de parte del gobierno mexicano ayuda en otro contexto en particular. Es decir, ¿Qué es lo que le puede ofrecer México para que China se involucre más el salvar la cara del gobierno mexicano? Aquí me viene a la mente, por ejemplo, lo que nos sucedió con el tren México-Querétaro, que iba a ser de alta velocidad, en el que había inversión china de por medio y que se canceló.
A lo que quiero llegar con este punto es: ¿cómo el gobierno mexicano puede ofrecer algo atractivo al gobierno chino para que diga ‘Bueno, ayudo’ o, por lo menos, ‘pongo un poco más de interés en ser más cuidadoso en lo que se exporta México’?
En el terreno de las inversiones, por ejemplo, hay lugares donde México puede ofrecer algo atractivo al gobierno chino, por ejemplo, facilitar cierto tipo de inversión.
Justo, uno de los temas a los que hacía referencia el presidente era a la amistad entre ambas naciones. ¿Cómo están las relaciones tras este tipo de episodios?
Desde la administración pasada, con Peña Nieto, las relaciones con China -más allá del discurso- están en un terreno de standby, con muchas posibilidades de ser mucho mejor de lo que son ahora.
Tanto a China le conviene que México sea un aliado estratégico, como a México le conviene tener a China como un aliado estratégico. Pero eso no ha podido avanzar más y tiene que ir mucho más allá de las palabras o las buenas intenciones que tenga el presidente de México.
La manera de ir más allá de las palabras y las buenas intenciones es que México ofrezca al gobierno chino algo concreto que signifique una ventaja, y que no moleste a los Estados Unidos, porque también estamos en esa disyuntiva.
Creo que se necesita un poco de creatividad para encontrar las formas en las que podamos alcanzar algo interesante. Por ejemplo, un terreno muy fructífero puede ser fortalecer un acuerdo de cooperación internacional, vinculado a la tecnología aeroespacial.
Como sabemos, en Querétaro se tiene una universidad aeroespacial y han habido ahí algunos proyectos. Si se permite este tipo de asesoría, o de encuentro, el gobierno chino -a través de sus agencias- puede cooperar en aspectos muy concretos con el gobierno mexicano. La relación bilateral no puede funcionar solamente con palabras o buenas voluntades, desde mi punto de vista, el cual puede estar muy equivocado.