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‘Secuestro’ masivo en Tamaulipas revela escándalo nacional en migración: Eunice Rendón

La extorsión de la que fueron víctimas los 32 migrantes en Tamaulipas muestra cómo el crimen organizado ha controlado los depósitos de remesas

Migrantes en Tamaulipas
Migrantes en Tamaulipas. Presidencia informó que fueron rescatados migrantes, sin embargo no preciso detalles del operativo (Presidencia )

La desaparición de 32 migrantes el pasado 30 de diciembre, y su eventual liberación el 3 de enero, es solamente la punta del iceberg de la tragedia nacional que miles de personas padecen al intentar llegar a Estados Unidos a través del territorio mexicano, además de que muestra las áreas que las autoridades deben fortalecer -como la inteligencia financiera y la cooperación con Estados Unidos-, considera Eunice Rendón, coordinadora de Agenda Migrante, en entrevista con Publimetro.

A través de redes sociales, Rendón mostró algunos de los recibos de los depósitos realizados por familiares de los migrantes “secuestrados”, quienes muchas veces son captados por el crimen organizado o entregados directamente por los polleros. Para la especialista en temas de migración, los criminales exigen a los migrantes cantidades “pequeñas”, para que los depósitos bancarios sean considerados como remesas y no llamen la atención de las autoridades.

El pasado 5 de noviembre, durante la conferencia de prensa matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador, la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), Rosa Icela Rodríguez, confirmó que parte de los migrantes secuestrados pagaron un rescate, pero que no fue ese el motivo por el que los 32 migrantes -un bebé incluido- fueron liberados por el crimen organizado.

“Sí le quiero aclarar que no fue por el pago del rescate que se liberaron a las 32 personas, eso está muy claro. Sí hubo el pago de algunos de ellos, de acuerdo a la investigación, a las declaraciones de ellos mismos en las carpetas de investigación”, expresó, señalando que no se pueden ofrecer más detalles, ya que “son pruebas que nos van a servir en el proceso [judicial]”.

A pesar de ello, el gobierno Federal y Estatal mantiene la hipótesis de que gracias a un operativo conjunto sin precedentes, se logró la liberación de los migrantes secuestrados en Tamaulipas.

Además, en respuesta a las especulaciones sobre la posible participación de policías estatales en el secuestro, el presidente Andrés Manuel López Obrador destacó la falta de elementos que respalden dicha afirmación. Américo Villareal Anaya, gobernador de la entidad, reiteró que esas declaraciones no se basan en una investigación sólida y científica, por lo que desmintió la participación de policías en el caso.

Preguntas y respuestas con:

Eunice Rendón. Coordinadora de Agenda Migrante

Eunice Rendón.  Experta en participación ciudadana, migración y prevención de la violencia y del delito; exdirectora del Instituto de los Mexicanos en el Exterior
En entrevista con: Eunice Rendón. Experta en participación ciudadana, migración y prevención de la violencia y del delito; exdirectora del Instituto de los Mexicanos en el Exterior (Cortesía)

P: ¿Cómo usan los cárteles las remesas que se envían desde Estados Unidos y qué relación tiene con el secuestro de los migrantes?

No es la primera vez. Nosotros hemos tenido reportes de un aumento significativo en casos de extorsión con los migrantes, y hay diferentes formas en que operan, por ejemplo, nos ha tocado atender incluso casos de mexicanos.

Primero le pagan al pollero. Dependiendo de dónde salieron y con quién estén viajando es la tarifa. Un caso real fue una persona que salió de Atlixco, Puebla: le pagaron al pollero 50 mil o 60 mil pesos y cuando llegó a Tamaulipas, le hablan a su mamá y le dicen “Oye, para que [tu hijo] pase [a Estados Unidos] tiene que pagar 40 mil o 50 mil pesos más. Ya no lo tiene el pollero, lo tenemos nosotros, somos del cártel”.

Algo que se debería de revisar son las cuentas de banco. [Los del cártel] mandan mensajes con cantidades, nombres a depositar y todo.

Le cobraron 50 mil pesos más que ella tuvo que juntar. El chico, de hecho, antes de que le quitaran el celular, logró enviarle su ubicación. Lo ubicamos. Estaba en unas bodegas ahí en la frontera con Nuevo Laredo y, al final –yo ya había hablado hasta con la Guardia Nacional y todo– pero como la señora tenía miedo, dijo: “prefiero pagar y que lo liberen porque la autoridad, quién sabe, ¿verdad?”

Otro modus operandi es el de las remesas. Muchos de los migrantes que viajan hacia Estados Unidos, de todas las nacionalidades, tienen familia allá o una red de apoyo.

De hecho, el migrante le llama “remesa” a dos cosas: una es el dinero que [los del cártel] les piden que clasifiquen como una remesa y lo envíen por casas remesadoras (que ya hay un montón, además de estas casas), en las que piden que no sean cantidades que llamen la atención. Casi siempre piden entre mil y dos mil 500 dólares para que pase desapercibido y pueda ser visto realmente como una remesa. Esa es otra forma de hacerlo.

Pero los migrantes también llaman “remesas” al dinero que tienen que pagar al pollero. A mí me tocó el caso de un migrante en [Ciudad] Juárez, al que acababan de deportar con su familia y me dijo, “Oye, ¿me pueden mandar una remesa contigo? Que mande dinero mi familia para que yo pueda otra vez pagar al pollero y poder cruzar”.

P: ¿Esto es nuevo?

Una realidad es que, en los últimos años, el uso de los cárteles y de los criminales de esa forma de extorsionar a las personas se ha ampliado. En sí, se han ampliado los delitos contra los migrantes. Por ejemplo, el secuestro. Pero el secuestro casi siempre va asociado a un tema de extorsión. Lo decia el mismo presidente “Ah, parece que querían extorsionar a sus familiares en Estados Unidos”. No es nuevo, ¿verdad? Es algo que ha venido pasando en los últimos años.

Esta extorsión en forma de remesa se da principalmente de Estados Unidos. Por eso la divido yo en dos, porque las dos existen y son importantes de visibilizar, la que es en forma de remesa, que viene de Estados Unidos, y la otra que no es en forma de remesa que viene desde parientes de ellos de México, de Centroamérica, pero que también llegan a cuentas que están identificables que, con una buena labor de inteligencia, se podría seguir el dinero y saber quiénes están detrás.

P: ¿Los grupos criminales operan de la misma manera cuando se trata de secuestros masivos que cuando lo hacen con individuos?

No son secuestros. O sea, el mismo migrante -de alguna forma- se entrega, en algunos casos. Ya no es el pollero de antes que te ayuda a cruzar y ya; sino que esos polleros trabajan, generalmente, para los grandes cárteles: el Cártel Jalisco Nuevo Generación, -o en el caso de Tamaulipas-, el Cártel del Noreste y el Cártel del Golfo. Eso genera también ciertas peleas por quién tiene el negocio.

El pollero que los migrantes contratan se encarga de llevar en un tramo y los entregan a otras personas del propio cartel. Ahí es donde ya hacen estas llamadas. Entonces, incluso en algunos casos, se vuelve como un secuestro fácil, porque los entregan los mismos polleros. Esa es una forma.

Otra forma es similar a lo que pasó en Tamaulipas. Decía la secretaria de Seguridad que es algo atípico. Sí, es atípico que se haya dado así: con armas, en un autobús, a 31 personas. Pero no es atípico que suceda eso, a veces también, cuando los migrantes se suben a los autobuses, también los han bajado y los dejan a ahí, a su suerte.

Nosotros tenemos reportes de algunos migrantes a los que incluso les venden boletos falsos. Entonces, también hay coacción con algunos transportistas. Les venden boletos que no son ciertos, hay una revisión intermedia en la que los bajan y en realidad es el Crimen Organizado quién se los queda. No hay una autoridad ahí.

Es raro que se lleven a tantas personas juntas, pero eso sucede esto todo el tiempo en Tamaulipas.

P: ¿Cómo ha sido su experiencia de trabajo en Tamaulipas?

Nosotros hemos tenido muchas peticiones de ayuda en estos años, principalmente en esa área. Algo muy triste es que los defensores de derechos humanos, incluso los de la Iglesia que ayudan un montón, pues yo noto que tienen mucho miedo del cártel y no quieren hablar.

Cuando yo estuve ahí, nadie quería hablar. Todos tenían mucho miedo del cártel porque tiene mucho poder, incluso al interior de los mismos medios. Yo quise grabar algo, pero nadie quiso hacerlo porque me decían que hay alguien del propio cartel que revisa las notas antes de que se publiquen. Entonces, todos están en riesgo. Lo que yo sentí es mucho miedo de la gente en esa área.

Otro modus operandi de secuestro es en las estaciones de autobuses. Los cárteles tienen halconcitos y ahí llegan los migrantes. Ellos detectan quién no es de ahí, los detienen y se los llevan. Eso puede ser para reclutamiento forzoso, para cobrarles también este tipo de extorsiones, secuestro, e incluso los desaparecen. Al final, es una zona de alto riesgo.

Se habló que una de las líneas de investigación es el involucramiento de policías estatales y esa es otra cosa que nos han dicho un montón.

El otro día me habló un migrante que escapaba de una situación compleja de extorsión y que estaba escondido. Yo le hablé a los de la Diócesis de ahí para que me ayudaran a ir por él y no quisieron. Me dijeron “La verdad es que ahorita es horrible, seguramente lo tienen vigilado”. No quisieron ir por él y les dije: “Bueno, ¿Y qué podemos hacer?” Y me respondieron: “Pues que le rece a Dios, porque no hay nada más?”.

Pregunté si podía decirle a las autoridades y me respondieron “No, no. Todos están metidos”, entonces, hay esta denuncia y creencia de muchos de los actores locales de que sí, hay un involucramiento también de algunas de estas autoridades locales.

Decía la secretaria de Seguridad que el secuestro incluso va a la baja. Tiene razón, el secuestro a nivel nacional es uno de los delitos que más se ha reducido en este sexenio, pero la extorsión es uno de los que más ha aumentado.

El hecho de que el secuestro a nivel nacional se haya reducido tanto, no tiene que ver con esta población migrante, porque de hecho hay una cifra negra muy importante. Los migrantes no denuncian. Todo esto que estoy contando nos lo dicen a nosotros como organización, o a los del albergue, o a los sacerdotes, o sea, la gente que está más en territorio, pero no es que ellos vayan y metan una denuncia. Muy pocos hacen eso porque saben también con quienes están tratando y porque también en su calidad de indocumentados, pues no se sienten en la mejor situación para hacerlo.

En fin, son varias las razones, pero sí hay un subregistro muy importante de estos delitos, particularmente de poblaciones migrantes.

P: ¿Cuáles son las acciones que se necesitan urgentemente para combatir este problema?

Se están cometiendo muchos delitos en contra de los migrantes. Se necesita una estrategia conjunta también con Estados Unidos y con los otros países para compartir información, porque las redes [de tráfico] no comienzan aquí, si no empiezan desde Centroamérica y terminan en Estados Unidos. Tampoco terminan en México.

Particularmente, sobre las remesas con el crimen. Se necesita un trabajo muy minucioso de inteligencia. Hay técnicas para hacerlo. Se puede dar muy fácil con los números de teléfono de los polleros. Es decir, hacer toda una red de vínculos en términos de inteligencia en este tema.

El tema de los 32 migrantes es muy visible. Eso ayudó a que hubiera un foco. El presidente dijo que no los rescataron, que -de hecho- los soltó el propio crimen ante el miedo de que era un caso tan mediático. Creo que es importante que no se deje ahí. ¡Qué bueno que liberaron estas personas! ¡Qué bueno que la autoridad se puso -ahora sí que con todo- para que darles este miedo que lo soltaran! Pero es muy importante que eso no quede ahí.

Otra cosa importante. Hay un área de la Fiscalía General de la República que es “Tráfico de personas y animales”. Esa área ha hecho algunas investigaciones que tienen que ir por esa línea. Es decir, es difícil vincular a los criminales por tráfico de seres humanos -por lo que hablábamos- porque no hay denuncia, porque los migrantes no se atreven, en fin. Pero los pueden vincular por crimen organizado.

Yo creo que se tiene que hacer una estrategia muy fuerte a nivel federal en el área de Tamaulipas. Una de las líneas de investigación es que son policías estatales los que estaban detrás y eso es algo que también reportan muchas asociaciones, que hay también muchas autoridades locales involucradas. Hay una falta de Estado de Derecho, que no es nueva, que viene ya de muchos años y estos grupos se han fortalecido a lo largo de los años.

P: ¿Fueron liberadas las personas por acción de las autoridades o porque pagaron?

Habría que tener la información real. Es que no sabemos mucho. No sabemos si los liberaron a todos juntos, no los hemos visto. No sabemos bien qué pasó. Algunos decían, a nivel local, que habían pagado la extorsión y que por eso los liberaron, habría que ver realmente.

Yo creo que sí puede ser lo que decía el presidente, que ante el miedo de que se hizo tan público, ahora sí estaban todas las autoridades tras el tema como una prioridad.

Puede ser que los hayan liberado, porque normalmente no pagan todos. Incluso es parte del problema. Hay gente por la que la familia consigue el dinero, porque no son familias con dinero. Muchos logran pedir un préstamo y otros no lo logran. Esos migrantes están ahí, a su suerte.

Nunca hay una visibilidad nacional del tema. Cuando estuve ahí, me llamó mucho la atención eso: vi tanto miedo, tantas cosas. Yo pensaba: ¿Por qué no es un escándalo nacional? Y justo me decían que incluso alguien del crimen revisaba las notas, antes de que salieran y que como que nadie quería decir nada.

P: Finalmente, hablabas de la necesidad de una estrategia conjunta entre México y Estados Unidos., ¿Qué resultado ha tenido la estrategia que ambos países están implementando?

Mira, yo creo que ha habido muchas reuniones y muchas promesas. De hecho, cada vez que sucede una desgracia, hay una reunión o hay un anuncio de estrategia. El problema es que se anuncian cosas similares y nunca sabemos el seguimiento.

Muchas veces vuelven a hacerlo como si fuera nuevo, y no lo vinculan a lo que se supone que ya se venía trabajando. Es muy importante que esta colaboración no quede en los grupos y en las promesas, sino que se haya un seguimiento público de qué pasó, qué se logró y cuál ha sido el avance.

Ha habido algunos esfuerzos, como decía, de la unidad de la FGR –no la procuraduría que lleva el tema de migrantes, esa no sirve para nada– de tráfico de seres humano y de especies, que, con mucho menos presupuesto y menos gente, han hecho un esfuerzo importante por vincular estos grupos por delincuencia organizada, y eso lo han hecho de la mano con el gobierno estadounidense, también con información conjunta.

En este sentido estratégico, creo que pudieran dar mejores resultados. Y eso se vincula también a estos acuerdos de la reciente visita de la delegación de Estados Unidos. Pero el chiste de esto es como ya realmente lo vemos en una estrategia tangible.

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