‘Sarco’, es una cápsula de carbono y vidrio impresa en 3D, que ayuda a las personas a suicidarse tranquilamente sin sentir ningún tipo de dolor, ya que mueren rápidamente apretando un botón que hace que inhalen nitrógeno.
Fue creada por Philip Nitshke, físico australiano defensor de la eutanasia que lucha por los derechos relacionados con el tema.
“El año pasado, buscamos asesoramiento legal de alto nivel sobre el uso de Sarco para muerte asistida en Suiza. La evaluación ya fue concluida y nos sentimos muy satisfechos con el resultado porque confirmó que no habíamos pasado ningún detalle por alto. No existe el menor problema legal”, comentó el creador.
Exit International es la compañía que apoyó la creación de la máquina, es una organización de Australia, que aboga a nivel internacional por la legalización de la eutanasia voluntaria y el suicidio asistido.
En Suiza el suicidio asistido es legal, lo permite siempre que no se haga por motivos egoístas. El 85% de los suizos apoya esta posibilidad, que aprovechan también numerosos extranjeros, en el llamado turismo de suicidio.
La máquina permite a las personas morir de manera pacífica y tranquila, sin sentir ningun tipo de dolor ni desesperación por la falta de oxígeno.
“La muerte se produce por hipoxia e hipocapnia, privación de oxígeno y dióxido de carbono, respectivamente”, declaró Philip.
Las autoridades suizas aceptaron el uso de ‘Sarco’ , y su comercialización, ya que la eutanasia tiene validez legal en su país, aunque ellos lo denominan suicidio asistido.
Eutanasia y suicidio asistido no son conceptos iguales.
La eutanasia obliga a otra persona a ayudar a morir a quién lo desea y el suicidio asistido ayuda a las personas que lo desean a morir tranquilamente.
En el 2006, en Suiza se estableció que toda persona en uso de sus capacidades mentales, tiene el derecho a decidir sobre su propia muerte.
Uno de los objetivos de esta máquina es ayudar a morir a las personas sin necesidad que tomen fármacos o medicamentos de ningún tipo.
Con Sarco el fallecimiento se da en ocho minutos producido por hipoxia, Sarco se inunda con nitrógeno, reduciendo en 30 segundos el nivel de oxígeno de la persona produciendo desorientación, luego euforia antes de perder la conciencia.