Margaret Friedländer murió hace unos días a los 103 años. Numerosas personalidades acudieron a su entierro en Berlín.La superviviente del Holocausto Margot Friedländer fue enterrada en un cementerio judío de Berlín, en un funeral al que acudieron familiares y mandatarios pasados y actuales. Todos ellos quisieron despedir a esta mujer, que dedicó su vida a luchar contra el olvido, por la democracia y el entendimiento.
Friedländer, que fue deportada cuando era joven por los nazis al gueto de Theresienstadt, se mudó tras su liberación del campo de concentración nazi en 1945 a Nueva York con su esposo. Volvió a Berlín para instalarse con 88 años. Allí continuó luchando por el recuerdo de la Shoá y por la reconciliación, hasta el final de su vida, el 9 de mayo de 2025.
Numerosos rostros conocidos
Friedländer destacó en los últimos años por su labor y compromiso con la memoria histórica en la sociedad alemana, a la que ayudó como testigo de los crímenes nazis a recordar la siniestra realidad de la Shoa. Sus padres y su hermano menor fueron asesinados en el campo de exterminio de Auschwitz.
El jueves, 15 de mayo de 2025, fue enterrada en una tumba de honor en su ciudad natal junto a la tumba de sus abuelos. Un rabino liberal y otro ortodoxo oficiaron el funeral, en el que estaban familiares y amigos de la fallecida, pero también numerosos políticos y rostros conocidos del cine y de los medios de comunicación de Alemania.
Entre los invitados figuraban el presidente de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, el expresidente Joachim Gauck, el canciller, Friedrich Merz, y sus antecesores en el cargo, Olaf Scholz y Angela Merkel, la presidenta de la Cámara Baja, Julia Klöckner, el alcalde de Berlín, Kai Wegner, así como el presidente del Consejo Central de los Judíos de Alemania, Josef Schuster, y el embajador israelí, Ron Prosor, entre otros.
Según la radiotelevisión pública 'RBB', unos 430 policías velaban por la seguridad del funeral, que tuvo lugar mientras que en edificios públicos de la capital alemana ondeaban banderas de luto, pues Friedländer era ciudadana de honor de Berlín.
Un símbolo de calidez, cercanía y compasión
Gideon Joffe, presidente de la Comunidad Judía de Berlín, rindió homenaje a la vida y obra de Friedländer en un panegírico, al afirmar que pese a haber vivido los horrores del nazismo, la superviviente del Holocausto se convirtió "en alguien que no quería odiar, sino recordar".
Friedländer simbolizó, añadió, "lo que uno imagina que debe ser un ser humano: calidez, cercanía, compasión". El rabino Jonah Sievers, de la congregación de la sinagoga de Friedländer, calificó a la fallecida de "brújula moral".
No sólo era un testigo contemporáneo, sino también un "puente vivo entre el pasado y el presente", que había "dejado una huella que va más allá de la muerte", afirmó.
Friedländer falleció el día en que estaba previsto que Steinmeier le entregara la Orden del Mérito de la República Federal de Alemania, la máxima expresión de reconocimiento en el país centroeuropeo, un gesto del Estado germano hacia la fallecida superviviente del Holocausto que está previsto se produzca ahora de manera póstuma.
MS (dpa/afp/efe)
