El ‘premier’, acorralado por las críticas, ha admitido que asistió a una fiesta en Downing Street durante el primer confinamiento
MADRID, 12 (EUROPA PRESS)
El cerco sobre el primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, que este miércoles ha admitido que asistió a una fiesta en Downing Street durante el primer confinamiento, se estrecha cada vez más. Acorralado por las críticas, vertidas incluso desde las filas del Partido Conservador, puede enfrentarse a un abanico de escenarios que van desde la moción de censura hasta la dimisión.
En primer lugar, Johnson podría tener que someterse a una moción de censura. Las reglas del Partido Conservador estipulan que puede activarse este mecanismo si el 15 por ciento de los parlamentarios ‘tories’ así lo quieren. El número crucial ahora es 54, puesto que actualmente hay 360 diputados conservadores, después de que la formación retirara a la parlamentaria Anne Marie Morris por votar en contra del Gobierno.
Si se acuerda una moción de censura, Johnson tendría que obtener el apoyo de al menos la mitad de sus diputados, 180, para permanecer al frente del Ejecutivo. En este caso, el ‘premier’ no podría volver a someterse a este mecanismo en un año.
Otro de los posibles escenarios para Johnson es que los propios ‘tories’ le inviten a marcharse, opción tradicionalmente conocida como una visita de «los hombres de traje gris», según destaca el diario ‘The Guardian’, que matiza que, si bien este método ya no se utiliza, un primer ministro conservador aún puede ser destituido mediante «presión informal». Serían los líderes de la formación conservadora los que eligieran un sucesor, en una reunión a puerta cerrada.
La exprimera ministra Theresa May sobrevivió a una moción de censura en diciembre de 2018, por lo que quedó oficialmente «a salvo» para los siguientes doce meses. No obstante, con ‘rebeldes’ de su partido presionando por un cambio y en el marco de repetidas humillaciones a cuenta del Brexit, May anunció el 24 de mayo de 2019 que abandonaría su puesto dos semanas después. La decisión se precipitó tras una reunión con sir Graham Brady, el líder del llamado Comité 1922 –los hombres de traje gris–, que tiene el poder de cuestionar al poder conservador y resolver los conflictos que puedan surgir entre ‘tories’.
Johnson también podría decidir simplemente dimitir por no querer someterse a una moción de censura. El actual inquilino de Downing Street ha perdido el apoyo de varios parlamentarios ‘tories’, por lo que podría dejar su cargo. Este escenario abre una lucha por el liderazgo en el seno del Partido Conservador, aunque si esto ocurriera se espera que Johnson permanezca como líder de la formación. Otra opción es que también decida abandonar su cargo en favor de un líder interino.
Por último, por supuesto, puede que el ‘premier’ decida capear la ola, habida cuenta de que ya se ha disculpado por asistir al evento y ha admitido que el Gobierno ha cometido errores de comportamiento en los peores momentos de la pandemia.
UN REGUERO DE POLÉMICAS
La prensa británica especula estos días sobre que los días de Johnson al frente del Ejecutivo de Reino Unido están contados a raíz de la última polémica que, sin embargo, no es la única, puesto que el ‘premier’ ha recibido críticas anteriormente por la celebración de fiestas en los momentos más duros de la pandemia.
Hasta el momento, la opinión pública conoce doce supuestas fiestas o reuniones del Gobierno británico que han tenido lugar durante los confinamientos impuestos por la COVID-19. La primera de ellas tuvo lugar el 15 de mayo de 2020.
Johnson, su mujer, Carrie, su exasesor Dominic Cummings o su principal secretario privado, Martin Reynolds, figuran entre los asistentes, según unas fotografías filtradas a la prensa británica en las que puede verse a otras 15 personas alrededor de una mesa que tiene vino y queso.
Otra de ellas tuvo lugar supuestamente el 20 de mayo. Un correo electrónico publicado por la cadena ITV y escrito por Reynolds muestra que fueron un centenar de personas fueron invitadas, al que finalmente asistieron una treintena, entre ellos Johnson, según la prensa. El ‘premier’ ha justificado este miércoles ante la Cámara de los Comunes que creía que se trataba de «una reunión de trabajo», como ha hecho en otras ocasiones con otras reuniones.
El 13 de noviembre tuvo lugar otra celebración, una fiesta de despedida de un asesor sénior, Lee Cain. También ese día, según ha recogido la agencia PA Media, presuntamente tuvo lugar una fiesta en el apartamento del primer ministro en Downing Street y que este tipo de celebraciones se daban con cierta frecuencia. Un portavoz de Carrie Johnson ha indicado que las acusaciones «son un total sinsentido».
Entre otras reuniones que se salían de las normas impuestas por la pandemia de COVID-19 en Reino Unido, figuran una fiesta registrada en el Ministerio de Educación el 10 de diciembre de 2020, confirmada por la propia cartera –después de que el diario ‘Mirror’ lo publicara– y otra en el Ministerio de Transportes.
De esta, en la que había funcionarios «bebiendo y bailando», un portavoz señaló que se trataba de «menos de una docena de miembros del personal tuvieron una reunión discreta y con distancia física en una oficina abierta después del trabajo, donde se consumió comida y bebida». «Reconocemos que esto fue inapropiado y nos disculpamos por el error de juicio», remachó el portavoz.
Destacable es también el caso del exministro de Salud Matt Hancock, que tuvo que dimitir tras la filtración de unas imágenes en las que aparece besándose con una ayudante, Gina Coladangelo, de 43 años y también casada. Cuando la relación extramatrimonial tenía lugar, las autoridades británicas habían establecido que las personas pertenecientes a dos núcleos familiares distintos debían permanecer separados y evitar abrazarse.