La variante ómicron del Covid-19 solo es 25% menos grave que delta y la reducción de las hospitalizaciones y las muertes es producto de la vacunación o infecciones previas del virus, dio a conocer un estudio realizado en Sudáfrica.
Según la investigación de la Universidad de Ciudad del Cabo, el análisis en cinco mil personas de dicha región arrojó resultados concluyentes acerca de la versión más reciente del SARS-CoV-2, en la que las complicaciones por Covid o riesgo de muerte únicamente presentan una ligera caída si la población mundial estuviera en las mismas condiciones que hace un año.
Para explicar las razones, los investigadores liderados por la epidemióloga Mary-Ann Davies, atribuyeron la baja de defunciones y cuadros graves del nuevo coronavirus, sobre todo, al avance de la campaña de vacunación en la mayoría de los países ricos y de ingresos medios.
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Sin embargo, hay naciones como República Democrática del Congo que no alcanzan ni el 1% de sus ciudadanos vacunados, por lo que se dificulta la aparición de la enfermedad como un “resfriado” y las personas son posibles productoras de nuevas variantes del virus procedente de Wuhan, China.
“Ómicron podría ser tan grave como la variante ancestral si no existiese inmunidad”, puntualizaron los autores.
Los resultados del análisis están sujetos a la revisión por pares para darle mayor validez; no obstante, también mostró que la protección frente a nuevas variantes puede darse gracias a cuadros de Covid anteriores con el incremento de anticuerpos neutralizantes.
En Sudáfrica, pese a que solo el 40% de los ciudadanos tenía el esquema completo, el 70% presentaba “defensas” contra la nueva variante ómicron del Covid-19.
A las conclusiones del estudio se suman las declaraciones de Maria van Kerkovhe, quien rechazó que la variante produzca un resfriado.
“Ómicron no es leve. Ómicron no es la gripe ni el resfriado común”.
