Dice que tienen lugar «en un momento sospechoso», tras el inicio de las sesiones del Parlamento para formar gobierno
MADRID, 17 (EUROPA PRESS)
El presidente de Irak, Barham Salí, ha condenado los últimos ataques con bomba en la capital del país, Irak, contra sedes de partidos y bancos kurdos, después de que dos personas resultaran heridas por la explosión de dos artefactos a última hora del domingo en dos oficinas bancarias bagdadíes.
«Los recientes atentados en Bagdad son actos terroristas criminales condenables que afectan a la seguridad y la estabilidad de los ciudadanos», ha dicho el mandatario en un mensaje publicado en su cuenta en la red social Twitter.
Así, ha resaltado que estos ataques «tienen lugar en un momento sospechoso y van contra la paz civil y el mandato constitucional para formar un Gobierno capaz que proteja a los iraquíes y garantice la independencia de las decisiones nacionales».
Salí ha hecho así referencia a que los ataques se han sucedido desde que el Parlamento celebrara su primera sesión después de las elecciones parlamentarias del 10 de octubre, en las que se impuso el bloque encabezado por el clérigo chií Muqtada al Sadr.
Desde la primera sesión, que se celebró el 9 de enero, se han sucedido ataques contra las sedes del Partido Democrático del Kurdistán (KDP), la Alianza Azm y la Coalición Taqadum, a los que se suman los ataques del domingo contra sedes bancarias kurdas.
A las condenas se ha sumado la Misión de Asistencia de Naciones Unidas para Irak (UNAMI), que ha pedido a las autoridades que «hagan rendir cuentas a los responsables» y ha reclamado que «se haga frente a estos flagrantes intentos de desestabilización mostrando contención e intensificando el diálogo para hacer frente a las crisis en Irak».
Al Sadr, que lidera la coalición Sayirún, retomó durante el fin de semana las conversaciones para formar gobierno ante la crisis abierta esta semana con la suspensión provisional del presidente del Parlamento, Mohamed al Halbusi, reelegido para el cargo durante la primera sesión del legislativo.
El clérigo chií lleva los últimos días en busca de respaldo para un gobierno estable e inclusivo que incluya a los influyentes partidos proiraníes, los grandes derrotados de las elecciones y que llegaron a pedir incluso la anulación de los comicios, algo que fue finalmente rechazado por los tribunales.
El Parlamento no puede reunirse sin un presidente al frente, y es la cámara la que elige al presidente del país, a su vez responsable de designar a un primer ministro para formar gobierno. La tarea que se antoja larga a tenor del caos desencadenado en la primera sesión del pasado fin de semana, cuando los partidos iraníes, ahora congregados en la llamada Alianza Marco, llegaron a asegurar que eran ellos, y no el bloque saderista, los que ostentaban la mayoría.
A pesar de la suspensión de Halbusi el reloj sigue corriendo y queda menos de un mes para que la cámara designe a un presidente nacional. El propio secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, pidió la semana pasada a las autoridades iraquíes a que aceleren en la medida de lo posible el proceso para formar gobierno, dados los «desafíos urgentes a los que se enfrenta el país».