El distanciamiento físico obligado por la pandemia de Covid-19 impactó en unas de las muestras de afecto preferidas de la humanidad: los abrazos. Sin embargo, la esperanza de volver a darlos como si no se tratara de una infracción sigue presente y hasta en el calendario tiene su propia fecha, el Día del Abrazo.
Este 21 de enero se celebra una vez más dicho día , el cual nació gracias al psicólogo de la Universidad de Michigan, Kevin Zaborney, quien concluyó que a las personas estresadas les traería una mejora si recibieran abrazos, en favor de su bienestar mental, físico y emocional.
Su tesis ganó popularidad y rápidamente el 21 de enero se estableció como el Día del Abrazo por la influencia de la institución bancaria Chase, al incluirlo dentro de sus eventos anuales.
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No solo se trata de un acto de amor, amistad, aprecio o confianza, sino de una acción beneficiosa para la salud, tal como lo indicó Zaborney. El primero de ellos es un incremento de la producción de dopamina, un neurotransmisor que combate la tensión y el estrés en el organismo.
Otra de las ventajas de los abrazos es el alza de los niveles de la hormona de la oxitocina, la cual se encarga de establecer cercanía y establecer una conexión emocional con las demás personas.
Además, un abrazo ayuda a producir serotonina, capaz de mejorar el estado de ánimo en los seres humanos y evitar posibles cuadros de depresión.
Aunque la recomendación general de las instituciones de salud es evitar los abrazos, puede celebrarse el día con algunos de ellos en personas cercanas con las que se cohabite y mientras se tenga la confirmación que ambos no padecen de Covid-19.
