MADRID, 24 (EUROPA PRESS)
La expresidenta de Bolivia Jeanine Áñez ha enviado una carta al presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, en la que la pide que aclare que nunca llegaron a reunirse en persona, desmintiendo así las informaciones de la prensa argentina que aluden al uso del avión presidencial con este fin.
Así pues, Áñez ha hecho un llamamiento a un «pronunciamiento claro» del mandatario brasileño «en aras de la verdad, la justicia y la continuidad de la democracia» en ambas naciones, según recoge el diario boliviano ‘La Razón’.
«Aquí (en Bolivia) las autoridades del Gobierno, presidido por Luis Arce, pretenden posicionar un discurso señalando que en Bolivia se perpetró un golpe de Estado en 2019 y que el mismo contó con el apoyo de su Gobierno y usted», ha expresado la expresidenta boliviana.
«Señalan que nuestras personas se habrían reunido de forma personal y secreta e inclusive mi persona habría abordado un avión para dirigirme a su país y así concretar tales fines y hasta quizás otros siniestros», se añade en la misiva.
No obstante, la que fuera presidenta de Bolivia entre el año 2019 y 2020 sí que ha reconocido que «lo único real y evidente» es que los únicos contactos que mantuvo con Bolsonaro fueron por vía telefónica o a través de videoconferencias.
Finalmente, Áñez ha requerido del presidente de Brasil su «verdad» para «de una vez terminar con esta canallada» que asegura estar sufriendo.
La expresidenta está bajo la lupa después de que el diario argentino ‘Página 12’ publicase una serie de informaciones en las que el propio Bolsonaro habría reconocido en algún momento haber mantenido dichos encuentros con Áñez.
Tras esto, la Fiscalía boliviana anunció el inicio de una serie de investigaciones por los presuntos vuelos irregulares del avión presidencial hacia Brasil durante el Gobierno de Áñez y exigió un informe con los datos detallados sobre los desplazamientos y destino de dicha aeronave en ese lapso de tiempo.
Áñez sucedió en la Presidencia a Evo Morales, quien dimitió de su cargo al frente de la Presidencia de Bolivia en noviembre de 2019 en medio de un clima de tensión provocado por las protestas sociales y políticas denunciando fraude electoral que ahora se sospecha podría haber recibido apoyo desde Brasil.