MADRID, 24 (EUROPA PRESS)
El volumen de agua cálida que mueve la Corriente del Golfo en el Atlántico Norte hacia los mares nórdicos se ha fortalecido en el transcurso de los últimos cien años.
Con este sorprendente aumento de volumen, el transporte de calor total ha aumentado en un 30 por ciento, según Lars H. Smedsrud, profesor de la Universidad de Bergen e investigador del Centro Bjerknes para la Investigación del Clima.
Smedsrud y su equipo han examinado los cambios en relación con el derretimiento del hielo en el Ártico, el derretimiento de los glaciares en Groenlandia y la absorción de CO2 de la atmósfera.
«Si bien esperábamos un aumento en la temperatura, no hay nada sobre el calentamiento global que sugiera un aumento en el volumen de transporte. Pero el aumento es consistente tanto con vientos más fuertes como con la disminución de las capas de hielo marino. Además, vemos un aumento en la vertical y la circulación oceánica horizontal en los mares nórdicos y el Ártico», explica Smedsrud en un comunicado.
El estudio cubre los mares nórdicos y el hielo marino del Ártico y se publica en Reviews of Geophysics.
LA CIRCULACIÓN OCEÁNICA PODRÍA DEBILITARSE EN EL FUTURO
Smedsrud explica que el calentamiento global podría potencialmente debilitar la parte vertical de la circulación oceánica en el futuro, la parte conocida como Circulación de Retorno Meridional del Atlántico (AMOC).
«Esto afectaría el sistema de la Corriente del Golfo, pero muchas observaciones indican que la parte horizontal no se verá afectada, debido a la disminución de las capas de hielo marino y al aumento de la pérdida de calor a la atmósfera».
Todavía es incierto cómo evolucionará la circulación oceánica en el futuro. Sin embargo, el estudio también muestra una pérdida constante de hielo marino en el Ártico durante los últimos cien años, lo que ha permitido una mayor absorción de CO2 de la atmósfera.
«Durante el invierno, el hielo marino aísla el océano cálido del aire frío. Con el derretimiento del hielo marino, aumenta la transferencia de calor al aire. El aire se calienta, los inviernos se vuelven más templados. Esto está directamente relacionado con el aumento del transporte de calor del océano,», explica Smedsrud.